Autor de On the Road —En el camino— (1957), obra paradigmática del movimiento literario que el mismo escritor bautizó como Generación Beat, Jack Kerouac fue uno de los modelos juveniles contraculturales más importantes del siglo XX en los EE.UU. Su legado literario es también una enseñanza sobre el hombre y una de sus maneras de viajar por el mundo.
Su actitud irreverente ante los modelos de vida establecidos, su escritura y su espiritualidad hicieron de sus obras «algo más» que textos bellos o interesantes —por su originalidad basada en una estética musical—.
Kerouac fue escritor de tiempo completo, en lo público y lo privado; por ello su escritura posee la sinceridad, la espontaneidad y la coherencia de aquello que perdura y es recordado como «único».
Formación de un escritor
De formación católica y de origen francocanadiense, Kerouac habló sólo francés hasta los 6 años cuando entró al colegio y aprendió el inglés. Esto no sólo marcó su acento, sino la necesidad de recurrir a su lengua natal de vez en vez para escribir poesía —se dice, incluso, que lo hizo también para comenzar On the Road—.
La influencia de una madre devota —a Dios y al alcohol— lo acompañó hasta al final de sus días, en los que, se cuenta, ambos se sentaban a ver la tele mientras se tomaban unos tragos.
La pasión y la facilidad que Kerouac tenía para el futbol americano le permitieron ganarse una beca para estudiar en Nueva York, en la Universidad de Columbia, aunque la perdió al poco tiempo por diferencias con el entrenador y al romperse una pierna. Por ello, después de esto, Kerouac fue a la guerra como parte de la marina mercante, y más tarde probó suerte en la fuerza armada naval.
Durante los entrenamientos no le era fácil seguir las reglas y no era raro que dejara caer su rifle y se alejara del campo. Este comportamiento lo llevó al hospital militar, en donde, además de contarle al psiquiatra que estaba escribiendo una novela titulada The Sea is My Brother –El mar es mi hermano, escrita en 1942, pero publicada hasta 2011- se ganó el ser dado de baja por indiferencia y «personalidad esquizoide».
Los amigos de un novelista
Jack regresó a Nueva York para vivir en el departamento de su novia, Edie Parker, por quien conoció a las personas que cambiarían el rumbo de su vida y de su obra: William Burroughs, en ese entonces un artista con pocas aspiraciones y adicto a la heroína, y Allen Ginsberg, un joven poeta que había sido expulsado de Columbia por escribir obscenidades en la ventana de su dormitorio.
Años más tarde, los tres serían considerados los pilares emblemáticos de la Generación Beat —Jack sería quien le daría nombre a «Howl» (1956) de Ginsberg, y a The Naked Lunch (1959), de Burroughs.
De su amistad con ellos y con algunos otros jóvenes interesados en la literatura, la música y la espiritualidad no occidental, que trabajaban juntos y tomaban prestadas ideas unos de otros, nació en términos prácticos la Generación Beat. Pero quizá el prototipo de lo beat fue alguien que pasó mucho más tiempo viviendo que escribiendo, pero que detonó las ideas de Kerouac: Neal Cassady.
A pesar de que Kerouac —como Hemingway, London y otros de sus maestros— escribía literatura vivencial, no solía colocarse como el héroe de las historias. El héroe de On the Road no es Sal Paradise, el autor-narrador, sino Dean Moriarty, inspirado completamente en el andar por la vida del escritor Neal Cassady.
El escritor admiraba a su amigo, pues representaba todo lo que buscaba en una persona: «La única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como velas romanas a través de la noche».