Hace no tanto tiempo, la RAE admitió un par de palabras en su diccionario: jueza y presidenta. No podría decirse que la primera represente un error, a pesar de que a muchas personas su inclusión les pareció una barbaridad; pero acerca de la segunda, existen serias dudas.
Existen adjetivos epicenos —que designan el masculino y el femenino de una palabra sin importar el género gramatical—, como oyente o estudiante, que derivan de un verbo, y ése es el caso de presidente, que proviene de presidir, «el que o la que va primero».Hay otros adjetivos como inteligente o adolescente que también derivan de un verbo, si bien éste no prevaleció en el español, sí existió en el latín: intellegere, «comprender, darse cuenta», que se convirtió en inteligente; mientras que adolescente proviene de adolescere, que significa «crecer, desarrollarse, ir en aumento» —y no del verbo español adolecer, como la gente erróneamente cree—. Como sea, es poco común decir estudianta, oyenta, inteligenta o adolescenta. Del mismo modo debería serlo presidenta, a pesar de que la RAE, por el uso —y, quizá, la corrección política—, no lo considera de ese modo.
Sustantivos epicenos
Por otro lado, existen sustantivos epicenos, que designan seres vivos de ambos sexos, como sapo, rana, ballena, pulga, hormiga, mosquito o tortuga. Es importante dejar claro que no siempre el sexo gramatical determina diferencias de género; es decir, que aunque la palabra catarina sea femenina, no significa que todas las veces se refiera a una hembra, pues aunque se trate de un macho, no decimos «el catarino», «el rano» o «el balleno».
Epicenos son también criatura, víctima o persona, y nada tiene de malo que a un hombre se le diga «esa persona». Existen también adjetivos que poseen los dos géneros de forma implícita, como oficinista, cónyuge o testigo, y el que determina el género es el artículo: el o la oficinista, el o la cónyuge, el o la testigo.
También hay otras palabras que, aunque nada nos lo impida, no debemos cambiar de género, como músico, químico o físico, pues hacen referencia a disciplinas como la música, la química y la física. «Margarita es física» o «Mi prima es una excelente música» son términos correctamente empleados aunque con reticencias culturales para su uso. En lugar de eso se dice: «Margarita es físico» o «Mi prima es una excelente músico».
Y respecto a sustantivos como jueza, cancillera o alcaldesa, queda a su consideración su empleo, porque en eso estriba que sean admitidos o no como parte de la norma.