Queriditos, las cosas que pasan en esta ciudad no dejan de sorprenderme. Justamente acabo de enterarme de la iniciación de uno de los escritores consentidos de Londres… ¡en una sociedad secreta donde se practica la magia… que no parece ser muy blanca que digamos! La sociedad en cuestión se llama la Aurora Dorada —Golden Dawn— y el nuevo miembro es nada menos que el noble, aventurero, milusos y prometedor escribiente de historias de miedito Algernon Blackwood.
Londres, Inglaterra, 31 de octubre de 1900.
Con respecto a la Golden, según sus fundadores William Robert Woodman, William Wynn Westcott y Samuel Lydell MacGregor Mathers, la idea primordial es «obtener el control de la Naturaleza y el poder sobre sí mismos». Procuran hacerlo mediante rituales, ceremonias de iniciación con un montón de simbolismos y un lenguaje cifrado. Sus fuentes más importantes son la tradición esotérica judía y las cartas de una señorita alemana de apellido Springel, quien le transmitió sus secretos sobre hermetismo, magia y ciencia oculta a Westcott para la fundación de la Golden en Inglaterra. En esto de las cartas hay fuertes controversias, pues varios han acusado a Westcott de que él solito se las inventó, y que la tal señorita Springel ni siquiera existe… ¡ah, qué muchachito tan mentiroso!
Las reuniones de la Aurora Dorada se realizan en casas de particulares y en su templo de Isis-Urania. Se cuenta que hacen cosas rarísimas que sólo ellos entienden: usan ropas especiales, se ponen nombres extraños, invocan en hebreo a seres de quién sabe dónde que consideran superiores y sabios, en fin. Y aunque sus miembros insisten en decir que se juntan quesque para obtener la sabiduría ancestral, me han dicho que, además, se transmiten conocimientos mucho más… carnales.
Sin ir más lejos, el actual jefe máximo es el poeta William Butler Yeats quien, aprovechándose de que la orden es equitativa y admite a hombres y mujeres, ya ha iniciado a un par de actrices a las que pretende. Willie Yeats, que ha escrito poemas simbólicos en honor a la Golden entró en ella con el nombre de «Demon Est Deus Inversus» —algo así como «el Demonio es el complemento de Dios».
Yeats y Blackwood no son los únicos miembros famosones de la Aurora Dorada, en ella hay intelectuales, filósofos, más escritores, artistas, científicos, políticos… y locos, como el perverso Aleister Crowley —del que tengo chismes jugosísimos que otro día les contaré— quien, por cierto, se salió hace unos cuantos meses para formar su propia organización secreta.
Regresando a Algernon, no se puede negar que este hombre es extraño, incluso físicamente. A sus 30 años luce altísimo y súper flaco, prematuramente calvo, pálido y narigón. Blackwood llegó hace unos cuantos meses de América, donde dilapidó su herencia en malos negocios mientras vagaba por los ee.uu. y Canadá. Se cuenta que allá practicó el periodismo y la literatura infantil, pero que su verdadero interés siempre ha estado en el misticismo y lo sobrenatural… ¡ay, nanita! En la Golden ha adoptado como nombre el de «Umbram Fugat Veritas» —que quiere decir «Las sombras se disipan ante la verdad».
Otro escritor metido en estos vericuetos es el galés de 37 años Arthur Machen. Lleva el nombre de «Avallaunius» en la orden y ha escrito unos cuentos sobre seres mágicos y demoniacos que habitan bosques aparentemente inofensivos. Yo no lo leo nunca de noche porque no duermo o me dan pesadillas. En el caso de Machen, principalmente entró a la Golden para consolarse de su reciente viudez, y como ya lo está haciendo —y, de paso, es medio disperso—, va cada vez menos a las reuniones. Quizá ya aprendió todo lo que quería, porque de veras que sus historias dan temor.
Pues miren, hijitos, que ya son al menos tres escritores quienes se han metido a esta Aurora Dorada y comparten sus secretitos. Ahora bien, me contaron de otro autor de miedo que está también en ella: Bram Stoker, quien se hizo famoso por su Drácula. Pero ya comprobé que esto es puro chisme, y que él sólo es amigo íntimo de varios de los miembros. De cualquier forma, voy a seguir averiguando más de la Golden de y quienes forman parte de ella, porque son harto carismáticos y además de los secretos que sólo ellos se cuentan en su lenguaje muy particular, arrastran unos escandalillos por demás sustanciosos.
Au revoir!