Tal vez al escuchar la palabra Hepatitis, lo primero que se te venga a la mente sea la imagen de una persona con la piel o los globos oculares con un color amarillento. Aunque la Ictericia es un síntoma común en esta enfermedad, ¿sabes qué es realmente la Hepatitis? ¿Por qué se da? ¿Cuántas variantes hay y que curas tiene?. Sigue leyendo este artículo y descubre una de las enfermedades más comunes en el planeta, que aqueja a millones de personas por año.
La Hepatitis es una enfermedad que afecta al Hígado, causando su inflamación y otros daños que van de severos a graves. Las causas de su aparición, pueden ser por transmisiones infecciosas o no infecciosas, estas últimas, derivadas de una mala alimentación, consumo de bebidas alcohólicas, obesidad o algunos fármacos. Este padecimiento, tiene 5 variantes principales, las cuales presentan diferentes síntomas, distintas formas de contagio, distinta escala de gravedad y de mortalidad.
Hepatitis A
La Hepatitis A, es una enfermedad hepática que puede ocasionar síntomas de moderados a graves. Se presenta por una virosis hepática causada principalmente por la ingesta de alimentos y agua contaminados, por el contacto directo con una persona infectada, por prácticas sexuales buco-anales o por malos hábitos de higiene. Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), se estima que alrededor de 7134 personas perecieron en 2016 a causa de esta enfermedad.
Esta afección, puede convertirse en epidemia cuando sociedades marginales o de pocos recursos, se encuentran en continuo contacto con agua contaminada, malas prácticas de higiene, consumo de alimentos en estados deplorables y un mal saneamiento por parte del Estado. Se puede prevenir la obtención de este virus, mediante una inyección que presenta un alto grado de eficacia.
La sintomatología clásica de este padecimiento, es: Fiebre, malestar corporal, pérdida de apetito, diarrea, náuseas, dolores abdominales, coloración oscura de la orina e ictericia. Su periodo de incubación es de aproximadamente 28 días, tiempo en que el paciente empezará a presentar síntomas.
Hepatitis B
Esta enfermedad es una infección hepática causada por el Virus Hepático B (VHB). Contrario a lo que vimos en el tipo A, la Hepatitis B tiende a presentar cuadros sintomáticos graves, que pueden derivar en enfermedades crónicas, Cáncer o la muerte. La infección por este virus en adultos, se cronifica en un 5%, mientras que en niños representa un 95%.
Su principal medio de contagio, es la transmisión perinatal, esto quiere decir que la madre -portadora- se lo transmite a su hijo a la hora del parto. Sin embargo, hay muchos más modelos de contagio, como a través de la sangre, por transmisión sexual, consumo de drogas donde se esté expuesto a inyecciones o por negligencia médica y la exposición a utensilios u objetos punzocortantes.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019, 296 millones de personas padecían una enfermedad crónica derivada del VHB -Virus de la Hepatitis B-. Causando un índice de mortalidad considerable, ya que, en ese mismo año, se estimó que fallecieron un total de 820,000 por cirrosis o carcino hepatocelular. Su prevención es importante, ya que la eficacia de la vacuna contra este virus presenta un porcentaje de eficacia de más de 90%, ahora ya lo sabes, ¡Vacúnate!
Hepatitis C
La variante C, al igual que las otras mencionadas, también representa una inflamación y daño al Hígado ocasionado por el Virus de la Hepatitis C (VHC). Esta afección, puede o no, causar una sintomatología grave, donde se llegan a producir infecciones crónicas y agudas. Aunque, de acuerdo con la Secretaría de Salud del Estado mexicano, la infección aguda es asintomática y ocasionalmente se presenta una enfermedad que pueda derivar en la muerte. Dependiendo del organismo que ataque, será la forma y gravedad que presente, ya que en porcentajes que van del 15 al 45%, podrán eliminar el virus de manera espontánea, sin haber sido sometidos a tratamiento alguno. Lamentablemente, el otro porcentaje que va del 55 al 85% -dependiendo el organismo- podrá desarrollar una enfermedad crónica a causa de este virus.
Esta enfermedad se contrae principalmente por la exposición a sangre contaminada. Ya sea por negligencia o malas prácticas médicas, una pésima esterilización de material quirúrgico, transfusiones o estudios de sangre mal logrados, etc. También, se puede contraer esta enfermedad por transmisión sexual o consumo de drogas inyectables. El periodo de incubación y presentación de los primeros síntomas es variable, debido a que puede aparecer dentro de las primeras dos semanas después de la obtención del virus o se puede prolongar por un periodo de hasta seis meses.
Hepatitis D
Este padecimiento, ocurre exclusivamente en pacientes que presentan VHB – Virus de hepatitis B-, ocasionando que el VHD -Virus de Hepatitis D-, pueda replicarse. La infección de Hepatitis D no es posible si el portador no ha contraído la variante B, sin embargo, la coinfección por ambos virus, se considera la forma más grave de Hepatitis vírica crónica. Ocasionando un elevado riesgo de Cirrosis y cáncer hepático.
La forma de contagio de este virus, es similar a la del VHB, como: la exposición a sangre contaminada y algunos líquidos corporales, el uso de drogas dónde los métodos de ingesta sean inyectables o por transmisión sexual. La prevención para esta enfermedad, también aplica para la prevención de la Hepatitis B mediante un buen esquema de vacunación y el cuidado de los utensilios que se introducen en nuestro cuerpo, así como métodos anticonceptivos adecuados.
De acuerdo con un estudio realizado por la OMS, se estimó que un 5% de la población mundial contrajo este doble padecimiento. En dicho estudio, se detectaron algunas zonas geográficas como: Mongolia, República de Moldavia, y algunos países de África occidental y central con elevados índices de VHD.
Hepatitis E
Por último, se presenta ante nosotros la Hepatitis E, enfermedad hepática ocasionada por la exposición al virus hepático E -VHE-. Existen 4 genotipos dentro de esta variante, los dos primeros genotipos solo atacan al ser humano, los otros dos, también pueden atacar a animales, sin causarles cuadros sintomáticos graves y transmitiéndolo al ser humano en muy raras ocasiones.
La obtención de este virus se debe principalmente por la exposición a agua contaminada derivada de las heces fecales de los seres humanos, así es, se transmite por la vía fecal-oral. Esta afección se puede presentar en todo el mundo, atacando a más de 20 millones de personas por año, sin embargo, el índice más alto de padecimientos se encuentra en Asia meridional y oriental.
Los principales síntomas de esta enfermedad, son: Ictericia – pigmentación de la piel y globos oculares en tonalidades amarillentas. Pérdida de apetito, hepatomegalia – aumento en el tamaño del Hígado-, dolor abdominal, náuseas y vómito. De acuerdo con el sistema mexicano de salud, no existe un tratamiento que pueda erradicar la continuidad del virus, así que la prevención mediante la vacuna o el cuidado en la ingesta de líquidos, son los modelos más eficaces contra la enfermedad.
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