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Feliz

Miles de estudios en diversas universidades que buscan cuales son las razones y la fórmula para ser feliz, pero ¿cuál es su origen y significado?

Son cientos, acaso miles, los estudios que se llevan a cabo día con día en diversas universidades, institutos y centros de investigación en todo el primer mundo —sobre todo en los EE. UU.—, buscando las causas, las razones, los entresijos y, sobre todo, la fórmula para ser feliz.
Por ello, podría uno preguntarse: ¿qué es realmente la felicidad y en qué radica? Es obvio que un indígena del Amazonas, un ejecutivo neoyorquino y un artista parisiense no tienen las mismas expectativas, ni los mismos requisitos para alcanzar la felicidad y el bienestar. Y lo mismo pasa con las generaciones, nuestros abuelos no se preguntaban si eran felices o no, simplemente vivían y al vivir iban sorteando las vicisitudes y los problemas.

Lo interesante de la etimología de «feliz» es lo que nos revela acerca de la felicidad. Para este sentimiento el latín tiene tres adjetivos: fortunatus, que significa ‘colmado de suerte y fortuna’; beatus, ‘dotado de bienes o cualidades’ —algo así como ‘bendecido’ o blessed, en inglés—; y felix-felicis, que significa ‘fértil’ o ‘fecundo’; es decir, ‘algo productivo’, por lo que se aplica también a las tierras o a los árboles frutales.
Es interesante notar que la raíz fel proviene del indoeuropeo dhe-i, que significa ‘amamantar’, y también se encuentra en palabras como fémina y fellare, ‘chupar’, fecundus, ‘generoso’, y filius, ‘hijo’. Lo que viene muy al caso cuando hablamos de que la felicidad se da en los logros, en la satisfacción y en el orgullo de una tarea completada.

Los estudios apuntan a que el nivel de satisfacción se iguala al nivel de felicidad en muchos aspectos; las personas que sienten que han logrado algo y han alcanzado metas, suelen ser más felices que incluso aquellas que tienen más bienes materiales, pero que lo han obtenido sin esfuerzo. Es decir, es más feliz o se siente más satisfecho quien ahorró seis meses para comprarse una bicicleta, que otro a quien le han regalado un BMW.
El Journal of Happiness Studies, revista científica especializada en la medición de la felicidad y el bienestar, apunta en diversos estudios que una vez que se posee algo, y se tiene más y más, el nivel de felicidad no aumenta. A primera vista podría pensarse que quien tiene dinero, es atractivo físicamente y está sano, es más probable que sea feliz; sin embargo, se ha comprobado que no es así.

Si bien la miseria extrema y la enfermedad terminal son claros motivos de infelicidad, depresión y hasta suicidio, la mayor parte de las veces estos factores no son suficientes y no marcan diferencia alguna.
Lee el artículo completo en Algarabía 177.
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