Luis Fernando Galván, miembro de Enfilme, nos comparte un texto sobre la influencia del cuadro Nighthawks, de Edward Hopper, en el cine.
Nighthawks —Halcones de la noche o Noctámbulos— es una obra de 1942 realizada por el pintor estadounidense Edward Hopper (1882-1967), inspirada en un restaurante ubicado en Greenwich Avenue en Nueva York, justo en la intersección de dos calles. La presencia de los amplios vidrios permite ver la escena que se desarrolla al interior del recinto: tres personas —dos hombres y una mujer— están sentados a la barra; una más —el hombre vestido de blanco— se encarga de atenderlos.
La cuidadosa composición de la imagen se basa en el manejo de líneas rectas horizontales y verticales que definen claramente los espacios —el escenario principal delimitado por las calles vacías y separado de las construcciones que se encuentran al fondo—. Se trata de una escena cotidiana, una de esas tantas noches en las que los clientes, perdidos en sus propios pensamientos, angustias y preocupaciones, se congregan en un espacio de aparente convivencia social.
Hopper hace uso de las posibilidades expresivas que se desprenden de los juegos de luces sobre las formas simplificadas que habitan el cuadro. Las luces fluorescentes acababan de entrar en uso a principios de 1940; la luz que proviene del interior del restaurante proyecta un resplandor misterioso como si fuera un faro colocado en la esquina de alguna calle oscura y abandonada. El artista eliminó cualquier referencia que nos permita saber por dónde se ingresa al restaurante; el espectador puede contemplar, pero no acceder. Aquellos cuatro, amantes de la noche, son anónimos para nosotros y, aunque algunos encuentran la cercanía de sus cuerpos, son seres distantes uno del otro. Hopper representa el aislamiento, la soledad y el vacío del individuo que habita la gran ciudad.
Edward Hopper, Nighthawks, 1942. Óleo sobre lienzo. 84.1 x 152.4 cm. Instituto de Arte de Chicago (ee.uu.)
Nighthawks fue, probablemente, el ensayo pictórico más ambicioso que Hopper realizó sobre la captura de los efectos nocturnos de luz artificial. Los ventanales de vidrio parecen ser una fuente de iluminación por sí mismos. La luz interior proviene de más de una sola bombilla, con el resultado de que múltiples sombras se proyectan, y algunos lugares son más brillantes que otros como consecuencia de estar iluminado desde más de un ángulo.
Al otro lado de la calle, la línea de sombra causada por el borde superior de la ventana del comedor es claramente visible en la parte superior de la pintura. Sin embargo, el ventanal del fondo no proyecta luz hacia la otra calle, dejando ese espacio obscuro y desolado, quizá como metáfora de los sentimientos y pensamientos del hombre que nos da la espalda.
Gail Levin, historiadora del arte especialista en la vida y obra de Hopper, especula que el pintor se sintió inspirado por otras dos obras artísticas: Café At Night (1888) de Vincent Van Gogh, y el cuento The Killers, escrito por Ernest Hemingway. Sin embargo, Nighthawks es un ejemplo del carácter taciturno de Hooper, un pintor de ejecución lenta y pausada, exponente del realismo americano del siglo xx, interesado en la soledad del hombre contemporáneo y en las consecuencias de la Gran Depresión.
La mayoría de sus temas pictóricos representan lugares públicos —restaurantes, bares, moteles, hoteles, estaciones de trenes— prácticamente vacíos que enfatizan el asilamiento del personaje acentuando el efecto dramático mediante los fuertes contrastes de luces y sombras. Una atmósfera que, hoy en día, aún se percibe en las grandes ciudades. A continuación te presentamos cinco filmes que tomaron el cuadro de Hopper como referente visual:
1. Profondo Rosso
1976. Director Dario Argento.
El Blue Bar no existe en la vida real; se trata de un set que Dario Argento mandó construir tomando como referencia visual el cuadro de Hopper. El set fue colocado en la Piazza C.L.N. en Turín, muy cerca de la famosa Fontana del Po, que también aparece en el filme. El director italiano colocó a sus personajes a las afueras del Blue Bar y, con la ayuda de la profundidad de campo, mostró los enormes ventanales y el interior del recinto.
2. Pennies From Heaven
1981. Director: Herbert Ross.
Arthur Parker (Steve Martin) es un vendedor de partituras musicales que está casado con Joan (Jessica Harper). Durante un viaje, Arthur conoce a Eileen (Bernadette Peters), una maestra que despierta un profundo interés en aquel hombre. Al tratarse de un relato ambientado en la Gran Depresión, el director Herbert Ross toma como referencia la obra de Hopper para crear una atmósfera nocturna donde dos extraños comienzan a conocerse al interior de un bar.
Fragmento de la película Pennies From Heaven:
3. Blade Runner
1982. Director: Ridley Scott.
El cineasta Ridley Scott no se cansaba de mostrar el cuadro de Hopper a todo su equipo de producción: «Constantemente les estaba enseñando una reproducción de este cuadro, se los ponía en las narices de todo el equipo de producción para que entendieran el aspecto visual, el tono y la atmósfera que buscaba». Scott consiguió trasladar fielmente la paleta de colores de la pintura a la pantalla.
4. The End of Violence
1997. Director: Wim Wenders.
En una entrevista para la revista Smithsonian, Wim Wenders resumió la fascinación que sienten los cineastas por el cuadro de Hopper: «Es porque siempre puedes saber dónde está la cámara». El filme se centra en un productor de cine (Bill Pullman) que toma como locación el famoso diner pictórico nocturno para situar allí la filmación de una secuencia.
Fragmento de la película The End of Violence:
5. Hard Candy
2005. Director: David Slade.
Este thriller no recrea la pintura de Hopper, pero sí le rinde un homenaje a Nighthawks. Hayley (Ellen Page), una niña de 14 años, y Jeff (Patrick Wilson), un fotógrafo de 32, deciden, después de conversar en una sala de chat, conocerse en persona; acuerdan una cita en el «Nighthawks Diner», donde él le compra una playera cuyo estampado es la obra de Hopper.
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