¿El sexismo vende?

La mujer es un objeto. La mujer debe ser delgada. La mujer debe ser joven. Las mujeres obesas o viejas no tienen derecho a la sexualidad. Las mujeres feas sirven para que se burlen de ellas. Las niñas son sexys. La mujer no vale.
El sexo es trivial, frenético. Los objetos pueden ser sexualizados. La mujer pertenece al hogar y debe ser feliz en él, velando por la felicidad de su marido. Fuera de casa, la mujer es un estorbo. El hombre es digno, fuerte y violento. La mujer es frágil, sumisa, es el sexo débil. No importa que una mujer sea tonta, lo importante es que sea bella. De preferencia muy flaca, pero con enormes pechos. El lugar de la mujer es a los pies del hombre. Una mujer que no cuida su higiene íntima merece que la deje su marido.
Éstos son los mensajes de la publicidad, los que vemos a diario, a todas horas, cada vez que prendemos la televisión, abrimos una revista o miramos a nuestro alrededor en la calle. Y hay cada vez más trastornos alimenticios en niñas y mujeres que tienen baja autoestima, que no se quieren, se anonadan, piensan que no tienen la posibilidad de ser queridas.
¿Influye la publicidad en estos comportamientos y actitudes?
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