Queridos míos, les voy a contar un cuento, un cuento de fantasía, pero no un cuento de hadas, ¿eh? No uno de esos que los padres les leen a sus hijos para que tengan felices sueños, sino un cuento de la vida real que no tiene final… todavía.
Se trata de la vida —y milagros— de un escritor llamado James Tiptree Jr., a quien le acaban de descubrir un se-cre-to-te que le está cambiando la vida.
Chicago, ee. uu., 1976
Pues bien, he de decirles que James, nacido hace 61 años en Chicago, Illinois, tuvo una infancia bastante movida, porque sus padres, ambos exploradores consumados, se lo llevaron a recorrer África. En sus treintas, Tiptree escribió crítica de arte y durante la ii Guerra Mundial se enroló en la Fuerza Aérea, donde obtuvo el grado de mayor y trabajó en el área de espionaje técnico, sin llegar nunca al campo de batalla.
En los años 50, Tiptree se casó por segunda vez —su primer matrimonio había sido un desastre— y entró a trabajar en la cia por cuatro años, luego de los cuales decidió estudiar Piscología Experimental. Tras obtener su doctorado, en 1967, empezó a escribir cuentos de ciencia ficción, que fueron publicados en varias revistas del género. Los cuentos de Tiptree evocan mundos muy lejanos del nuestro, describen alienígenas jamás vistos por algún ser humano o hablan de un planeta Tierra totalmente diferente del actual —nunca aclara si es en un futuro distante o en un pasado remoto.
Muy pronto, Tiptree cosechó un buen número de admiradores, con los que se carteaba frecuentemente. También tenía intercambio epistolar con escritores y editores, con quienes platicaba sólo de su trabajo, nunca de su vida privada. Así pasaron nueve años, que han llegado a su fin este 1976, gracias a un trágico suceso que ha llevado a un descubrimiento sensacional.
Así es, pequeñuelos. Ha llegado el momento de revelar el secreto de James Tiptree Jr., que ni se llama James ni se apellida Tiptree ni es un junior: James Tiptree Jr. es… ¡una señora! Así como lo oyen. Su verdadero nombre es Alice Sheldon y vive plácidamente con su marido Huntington Sheldon, un militar doce años mayor que ella con quien, se dice, lleva una relación más amistosa que pasional.
El rostro real de James Tiptree ha sido revelado gracias a un triste suceso: la madre de Alice murió, y las esquelas publicadas en los diarios han permitido a sus admiradores relacionarla con el misterioso escritor de ciencia ficción, cuyos cuentos han sido premiados en varias ocasiones.
Hasta ahora sabemos que a doña Alice no le ha caído nada bien que se haya averiguado su seudónimo. Además de que, obviamente, está afectada por la muerte de su mamá, Sheldon es bipolar; entonces, de repente cae en depresiones terroríficas, seguidas de euforias inexplicables.
Por otra parte, perder el anonimato es incómodo: la gente hace preguntas, fisgonea en las vidas ajenas —evidentemente, yo no me cuento entre estos fisgones, que conste—. A Alice le encantaba sentirse hombre —los fisgones dicen que es lesbiana de clóset— y ahora no podrá permitirse esta masculina personalidad.
El descubrimiento de que James Tiptree Jr. es mujer no demerita su talento. Por cierto, el que sí quedó en ridículo fue el crítico Robert Silverberg, quien no creyó en los rumores que se corrían acerca de que detrás de Tiptree se ocultaba una mujer —debido a que algunos de sus cuentos tienen un tono francamente feminista— y declaró que era absurdo, dada la visión francamente masculina que denotan sus historias y personajes… ¡qué quemón! Mientras tanto, les recomiendo que lean a esta señora, pues de veras que escribe cuentos bien bonitos.
Au revoir!