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El primer premio Nobel de literatura africano

por Sofía Martínez
El primer premio Nobel de literatura africano

Cuando hacemos algo bien llegamos a ser recompensados, cuando hacemos algo que amamos y lo hacemos bien y nos felicitan por ello, es como un apapacho a la vida misma. ¿Qué se sentirá ser el mejor de muchos haciendo lo que más te gusta?

Por amor a los descubrimientos, a la «persona más valiosa» o por mera culpa, en 1895 Alfred Nobel dejó firmado un testamento donde donó gran parte de su gran fortuna a premios en Física, Química, Fisiología o Medicina, Literatura y Paz; cinco años después se empezó a dar lugar a una de las premiaciones más importantes a nivel mundial: Los premios Nobel. Premios que se destacan a las personas más brillantes que habitan este plano y que carga el nombre del creador de la dinamita, dejando estipulado:

“Es mi deseo expreso que, al otorgar los premios, no se tenga en cuenta la nacionalidad, sino que el premio se otorgue a la persona más valiosa, sean o no escandinavos”

Alfred Nobel

Destacar por sobre muchos es un trabajo difícil, hacerlo aun cuando se pertenece a la parte de la población que más injusticias y discriminación ha vivido, se vuelve una labor titánica. Wole Soyinka demostró que hacer lo que amas, decir lo que piensas, lo que sientes y lo que vives de la manera más honesta, te lleva a lugares que parecen imposibles de alcanzar. A él lo llevó a ser el primer africano en ganar el premio Nobel de Literatura en 1986, es decir que no sólo fue el mejor sino también fue el primero.

Wole Soyinka, Academy of Archivement

Más sobre Wole Soyinka

Wole Soyinka, nació el 13 de Julio de 1934, es un escritor nigeriano con cabello increíble, dramaturgo, novelista, poeta, defensor de los derechos humanos, gran crítico de la política y hombre que no calla ante la tiranía, su trayectoria de vida lo llevó a escribir grandes obras de crítica política que van desde un sentido satírico hasta lo más crudo y serio, donde no sólo marca la desigualdad racial que vive el pueblo africano, sino el amor por sus raíces; creando así un mensaje de empatía, pero esa empatía que enoja, que quema, que calienta el cuerpo y genera nudos en la garganta y agua en los ojos.

Cuando Soyinka fue galardonado al premio Nobel de literatura, en su discurso habló del apartheid, que eran un conjunto de leyes políticas que dictaminaban y aprobaban la discriminación de la poblaciónn negra e india de Sudáfrica, su manera de decir las cosas, por hacer saber que su mundo no estaba —y sigue sin estar— bien, por decir y recordar que hay muchas cosas que se tienen que arreglar porque lastiman y duelen y pesan, ganó por escribir de sus raíces, textos honestos sin maquillaje, ni sombras, ni matices.

Wole Soyinka fue el primer africano en producir el trabajo más destacado en el ámbito de la literatura, sobra decir que dicho trabajo no viene sólo de la manera tan magnifica que tiene de escribir, sino de la manera más magnifica que tiene de abordar lo que está sucediendo cuando nadie más quiere voltear a ver.

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