El negocio del buen propósito

«Año nuevo, vida nueva» esa bella época del año en la que todo adquiere una perspectiva diferente, el momento ideal para «cerrar» ciclos, dejar todo lo malo del año anterior en el pasado y comenzar desde cero. Bien o mal, nos obligamos a «borrar casette» para dejarnos llevar por un nuevo aire de esperanza que nos susurra al oído
«éste año sí es el bueno» y gracias al cual nos hacemos propósitos ingenuos —por no decir ridículos—: hacer ejercicio, bajar de peso,
comer más saludable, ahorrar dinero o viajar. Lamentablemente, mucho de esto queda en una promesa que con el paso de los meses olvidamos y cuando lo recordamos ya es demasiado tarde y pues… mejor para el otro año, ¿no?

50% se propone cuidar su salud, 39% hacer ejercicio y 38% bajar de peso. Sin embargo, más de 40% de la gente se rinde en los primeros meses del año, según datos de la plataforma Doctoralia. La industria «fitness» ha crecido 20% en México en los últimos cinco años, de acuerdo con el International Health, Racquet & Sportsclub Association —ihrsa—, aunque 60% de los usuarios que se inscriben en algún centro deportivo se dan de baja a los 3 o 4 meses de haber ingresado.
El precio por clase de alguna actividad deportiva —yoga, crossfit, spinning, pilates, etcétera— va de los 50 a los 300 pesos. Mientras que las mensualidades de centros deportivos se encuentra entre los 500 y 3 mil pesos mensuales. Además la venta de calzado y ropa deportiva ha alcanzado los 108 mil 968 millones de pesos en México, según señala la casa de encuestas Euromonitor Internacional.

En México hay alrededor de 12 mil gimnasios, de acuerdo con informes de IHRSA.
Según el INEGI 41.7% de los mexicanos realizan alguna actividad deportiva, de los cuales 3.2% está inscrito en un centro de acondicionamiento físico.
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