Hablar de Rusia sin que se nos venga a la cabeza el KGB es pensar en un mundo occidental sin Coca Cola, no porque esta organización fuera una reconocida marca de refrescos, sino porque «el Centro» —como se le conocía popularmente— fue una institución inherente a ese país —con diferentes nombres— desde la época de los zares. Sin más, compartimos algo de su historia.
Nacido del temor
En 1565 el zar Iván «el Terrible» (1530-1584) estableció la Opríchnina, una fuerza policial de 6 mil soldados que iban uniformados de negro y montaban caballos del mismo color —con la intención de aterrorizar a quienes los veían—; su escudo era una cabeza de perro cruzada por una escoba, lo cual simbolizaba que su tarea era «barrer» del mapa a todos aquellos que se opusieran a las ideas del zar.
La Opríchnina fue abolida en 1572. No se sabe que existiera otra fuerza policial hasta 1697, año en el que el zar Pedro I «el Grande» (1672-1725) fundó la Preobrazhénskoye —o simplemente «Oficina»—, que tenía el poder de investigar a cualquier ciudadano ruso. Este regimiento policial —cuyo distintivo era un hombre torturado con las extremidades formando una X— inauguró una época de represión por medio de la tortura.
Cuatro años después de la muerte de Pedro i, en 1729, la «Oficina» fue disuelta. La sustituyó la Okhrana que asumió las funciones de agencia de seguridad hasta el triunfo de la Revolución bolchevique, cuando Rusia se convirtió en la URSS. Un personaje célebre de esta organización fue Josef Vissarionvich Dzhugashvili, quien fungió como agente doble para los bolcheviques en las operaciones ligadas a la caída del régimen zarista; luego cambiaría su nombre a Jósif Stalin.
«Seguridad» es igual a «represión»
Si bien la historia de las fuerzas policiales en Rusia inició con el zar Iván, en realidad, la manera de operar de la «policía secreta» surgió en 1917, con la creación de la «Checa» unas semanas después del inicio del régimen bolchevique y dirigida en sus inicios por Lenin; en 1922 se le rebautizó como GPU y finalmente, en 1923, como un comisariado independiente: la OGPU. Estas organizaciones tuvieron a su cargo el arresto de los ciudadanos que estuvieran bajo sospecha de tener ideas «contrarrevolucionarias» y por ello tenían facultad de vigilar, acosar y mandar a los prisioneros a campos de trabajo forzado, o simplemente ejecutarlos.
El interés de la entonces URSS estaba en proteger al régimen bolchevique, al menos eso demostraban sus fuerzas policiales, pero fue Stalin quien implementó el primer cuerpo policíaco con indicios de espionaje, ya no sólo con simples demostraciones de fuerza militar. El NKVD —antecesor directo del KGB— fue establecido en 1934, se caracterizó por los «sombreros azules», agentes que representaban la fuerza del Estado. Lavrenti Pavlovich Beria —quien ordenó el asesinato de Trotski— fue jefe de este aparato policial, y llegó a ser uno de los pocos hombres temidos por Stalin. El fin de esta organización ocasionó el nacimiento del KGB.
Evolución del poder
Las muertes de Stalin y Beria causaron que el Consejo de Ministros de la urss decidiera retomar el poder sobre la seguridad del Estado, por lo que en 1954 se fundó el KGB, que tendría un control extenuante por parte del gobierno sobre sus operaciones y cuya primera misión sería apagar la revolución húngara de 1956, movimiento que nació ante las inconformidades de los obreros de aquel país ante la represión moscovita.
Las funciones del KGB incluían: la inteligencia exterior, el contraespionaje, la vigilancia fronteriza, la protección de los jefes de Estado y del Partido Comunista y la «lucha» contra el nacionalismo, la disidencia, el crimen y todo lo que oliera o pareciera una actividad antisoviética.
Un hecho decisivo en la historia del KGB se dio en 1960, cuando tomó a su cargo la seguridad interna de la Unión Soviética, dejando en claro que tenía todo el poder para operar dentro de la misma. El KGB no sólo se encargó hasta 1966 de las operaciones fuera del Estado, sino que sus agentes tenían autoridad para arrestar civiles por estar en contra de las ideas y normas soviéticas.
En 1968 el KGB fue responsable del fin de la Primavera de Praga —movimiento que buscaba una humanización del socialismo en Checoslovaquia—, al facilitar la entrada de tropas soviéticas, alemanas, polacas, búlgaras y húngaras para reprimir la revuelta popular, que, si bien se conoce como una huelga pacífica, representaba una lucha contra las ideas dictatoriales de Rusia.
Producto del espionaje
El trabajo de espionaje del KGB era llevado a cabo dentro de la URSS por informadores que se infiltraban hasta en las fábricas. Utilizaban personas meticulosamente seleccionadas para inspeccionar la ideología dentro de las instituciones soviéticas; así controlaban lo que pasaba en cualquier población.
El uso de la fuerza, el espionaje y la idea de que el fin justifica los medios, fueron factores que hicieron del KGB un siniestro y fundamental engranaje para el funcionamiento de la Unión Soviética. Si bien la URSS cayó en 1991, y el KGB con ella, algo de su misterio se ha conservado hasta la actualidad gracias a uno de sus exagentes, el actual presidente Vladimir Putin quien, en su autobiografía En primera persona: un autorretrato sorprendentemente franco, por el presidente de Rusia (2000),aseguró que los trabajos del KGB eran meramente burocráticos.
Basta ahondar en sus predecesoras y en su historia, como aquí lo acabamos de hacer, para darnos cuenta de que el KGB fue mucho más que una simple oficina de gobierno.