Y mi voz que madura
Y mi voz quemadura
Y mi bosque madura
Y mi voz quema dura
Xavier Villaurrutia
Si alguna vez te has preguntado cómo se llama el fenómeno lingüístico del ejemplo anterior, aquí te vamos a contar cómo se denomina y cuáles son sus características: el calambur es un juego verbal cuyo encanto radica en la relación de homofonía entre una unidad léxica (palabra) y un sintagma (conjunto de palabras que conforman una oración). O sea que es un arreglo de palabras donde dos o más frases se pronuncian igual, pero su significado es distinto.
El dulce lamentar de dos pastores
El dulce lamen tarde dos pastores
El calambur se considera un caso límite de la aliteración, lo que quiere decir que se trata de una figura retórica en la cual la repetición fonética de un sonido dentro de la misma palabra hace que se diferencie del resto del texto literario. De igual manera, hay lingüistas que sostienen que este juego verbal también pertenece a la paranomasia, pues se trata de un artificio basado en la repetición del significante; sin embargo, en la paranomasia no es una regla que las partículas mínimas de significación sean igual entre las frases, lo importante es que el sonido sea parecido, mientras que el calambur exige que las secuencias homófonas sean idénticas, por ejemplo: (el) (hecho) y (helecho).
El calambur es una macrofigura que se considera equivalente al hiperónimo ´pun´ (término de la lengua inglesa que hace uso de un arreglo de palabras similares para jugar con el significado).
Canónicamente, existe otra corriente lingüística que difiere esencialmente de la paranomasia pues el signo que resulta homónimo de manera fonética se convierte en el significante entero de la palabra y, de esta manera, la suma de dos o más significantes enteros de palabras que se hayan contiguos en la cadena discursiva (oración o frase) arrojan un significado distinto en cada manifestación de este juego verbal. En ese sentido, el calambur se basa en la descomposición léxica –que también se conoce como disociación—.
Entre verdes aires
Entrever desaires
Además, existen dos reglas canónicas dentro de la composición del calambur: la primera es que exige que los sonidos sigan el mismo orden consecutivo sin la interrupción de ningún fonema entre una palabra y otra. La segunda, refiere a un necesario orden lineal y sucesivo. A través de estas dos particularidades, ocurre que la nueva agrupación de palabras denote un sentido totalmente distinto al anterior, pero con el uso de los mismos fonemas.
Ahora que conoces las reglas y métodos para la realización de un calambur, te invitamos a que generes uno propio y nos lo compartas en nuestras redes oficiales o en los comentarios.
El Hacedor mira un ave sin alas timada
Él hace dormir a una vecina lastimada
Darío Lencini
Fuentes:
García-Page, Mario. El juego de las palabras en la poesía de Gloria Fuentes, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, 2015.
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