En 1970, la Container Corporation of America, una empresa dedicada a manufacturar empaques de cartón, lanzó una convocatoria para el diseño de un símbolo gráfico que representara genéricamente el proceso de reciclado de materiales.
El ganador del concurso fue Gary Dean Anderson, un joven arquitecto de 23 años. Gary vivió su infancia en un suburbio de North Las Vegas, Nevada, en una familia poco común para su época —años 50—, pues acostumbraban reciclar y reusar materiales. Este hábito, combinado con la enorme atracción que Gary sentía por las Cintas de Möbius ilustradas por el artista holandés M.C. Escher, le dieron la idea para su diseño del símbolo del reciclaje: «un objeto finito pero cuya superficie, de algún modo, es infinita; un símbolo redondo, pero a la vez, angulado; un elemento que parece plano y que encierra un espacio, de algún modo estático, pero también dinámico.»
Ese triangulito verde fue adoptado universalmente como el símbolo del reciclaje y ha sido adaptado a diversas versiones para indicar qué tan reciclables son los materiales de determinados productos. Así que, si quieres saber qué tan difícil es reciclar una botella de plástico, por ejemplo, fíjate en el triangulito que tienen en la base y en el número que está en el centro: el 1 corresponde al que es más fácil reciclar, y de ahí llega hasta el 7, que corresponde al plástico más difícil de reciclar.