El cine en la II Guerra Mundial

La II Guerra Mundial, por su gran diversidad de escenarios y acontecimientos, de personajes y artefactos, es la más cinemática y «fotogénica» de las guerras. Ciertamente, ayudó que el género cinematográfico y la industria hollywoodense hubieran ya alcanzado la madurez en los años 40, lo mismo que aquélla sea considerada, a diferencia de la I Guerra Mundial o la Guerra de Vietnam, como una guerra justa y no vergonzosa.
No son, sin embargo, las grandes producciones ni las secuencias de acción las que hacen de la II Guerra Mundial el escenario del cine bélico por excelencia —aunque también—, sino las millones de historias únicas, inagotables, de una generación entera, que experimentó, en casi todos los rincones del mundo, el drama más intenso y extremo que puede sobrevenirle a un ser humano. Es por ello que, más que una lista de diez películas, necesariamente escueta y omisa, sean diez subgéneros —y sus ejemplos más notables— los que ilustren mejor las vidas de esa «Gran Generación» y la historia de la más terrible de las guerras.

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