¡¡Me relleva la chingada!! Oootra vez vamos con la misma pinche costumbre del cambio de horario. Retrasa el reloj, adelanta el reloj, ristrisi il rilij, idilinti il rilij… ¡Ya basta, chingada madre!
¿A quién chingados se le ocurrió?
Fue propuesto por el «hábil» inglés William Willett entre 1907 y 1914, quien ferozmente defendió la idea de «ahorrar carbón y aprovechar el máximo de horas con luz». En efecto, mi querido Watson, 1914 es el año que empezó la I Guerra Mundial, por lo que, en otras palabras, el horario de verano tiene un origen meramente político. Estos europeos y sus guerras…
Así como cuando un virus se reproduce en nuestro interior, el horario de verano poco a poco se fue implementando en países con climas templados —y agendas— como la mayoría de Europa —obvio, Rusia y Bielorrusia no—, Canadá, Estados Unidos y México —con excepciones en ciertas áreas—, Bahamas, Cuba, Haití, Chile y Paraguay, así como algunos países de Oceanía —Australia, Nueva Zelanda y las otras 25 mil islitas.
¿Neta sirve?
Mira, no estoy para contarlo ni tú para saberlo, pero hay una buena cantidad de estudios que analizaron si realmente hay un ahorro relevante y si se aprovechan bien las horas con luz. Y la mayoría indica que no, o sea, sí se ahorra algo pero es tan bajo el porcentaje que da igual si se aplica o no el bendito cambio.
Científicamente hablando, lo que nosotros usamos para distinguir entre día y noche es la hora legal, pero la naturaleza le importa un bledo lo que hagamos por lo que se rige por la hora o tiempo solar. En otras palabras, dependiendo de la posición del Sol son tantas horas de día y tantas de noche, cosa que va cambiando con la inclinación y posición de la Tierra —las estaciones—. Lo que pretende hacer este cambio de horarios es acoplarse lo mejor posible a la hora solar, tal cual lo hicieron los relojes de sol antiguos.
Muy bonito y todo
La intención es buena —si ignoramos el origen bélico— pero es una chinga estar apendejado una semana, si bien te va, que ya me desperté una chingada hora antes, que entré a media película porque se me hizo tarde y así.
Lo peor de todo es que en México hay dos estados que les valió una chingada esta iniciativa iniciada por el exPresi Ernesto Zedillo en 1996: Sonora y Quintana Roo. En ambos casos se debe por el «bisne»: como los gringos de Arizona tampoco les gusta el cambio de horario, para no hacerse bolas con la llegada y salida de productos Sonora-Arizona y viceversa, pues mejor todos en la misma página. Y parecido con Cancún, digo, la Riviera Maya, digo, Quintana Roo para que los turistas no «pierdan» tiempo.
En fin, adelanta una chingada hora tu existencia este 3 de abril —si es que aún te rehúsas a utilizar la tecnología…