«El Cantar del mio Cid» es un texto épico que muchos leímos —aunque no lo recordemos— en alguno o varios grados de nuestra educación básica, sin embargo, poco recordamos sobre la figura histórica que inspiró esta obra clásica que pasó de voz en vos y ha sido leído por casi diez siglos.
Conoce al verdadero Cid Campeador
Rodrigo Díaz de Vivar, mejor conocido como el Cid Campeador, nació en Vivar de Burgos —según la tradición— hacia 1043. Proveniente de una familia de la pequeña nobleza castellana, sirvió a Sancho II, quien fue emboscado por su hermano Alfonso VI para quedarse con su reino.
El Cid, al tratar de defender a su rey, fue derrotado y exiliado. Durante su destierro reconquistó y gobernó la ciudad de Valencia. Dice la leyenda que, ya muerto, fue amarrado a su caballo para que sus enemigos pudieran verlo a la distancia y así desistieran de atacar la ciudad valenciana.
Según las evidencias históricas, el Cid murió en 1099 y sus restos fueron trasladados al Monasterio de San Pedro de Cardeña, que se ubica en Castrillo de Val, Burgos.
Al encarnar el arquetipo del caballero medieval, Díaz de Vivar inspiró la primera gran obra de la literatura española: El cantar de Mío Cid. Aunque no se sabe con certeza quién escribió el poema, las primeras referencias datan del siglo XII, y existe una copia en la Biblioteca Nacional de España —que registra el nombre de un juglar llamado Per Abbat— de principios del siglo XIV. En el poema las batallas y conquistas en contra de los musulmanes no se narran en orden cronológico, sino de acuerdo a la evolución del héroe.1
1 Estos datos están sustentados en el estudio crítico «Fecha y autor del Cantar de Mío Cid», de Timoteo Riaño Rodríguez y María del Carmen Gutiérrez Aja, Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2006.