Alucino la Navidad y en la mierda consumista en que se ha convertido. Alucino el derroche ecológico, las modas de decoración banales impuestas por la cocacolonización; odio a Santoclós y su omnipresencia idiotizante y mercantilista; odio los intercambios de regalos —gastos, gastos y más gastos—, odio el tráfico de pesadilla que genera, las compras de emergencia, las reuniones forzadas y el pino que toda la gente adorna con mucho cuidado, y que en enero acaba abandonado, seco, fuera de las casas durante días hasta que el camión de la basura se digna a recogerlo, vemos muchos grinches en las calles.
Me fastidia y embroma todo lo relacionado a la Navidad, de verdad me pone de malas excepto por las pastorelas —que casi ya no existen—, la comida de mi madre, la rosca de Reyes —que amo con toda el alma— y sobre todo, por la oportunidad de beber cuando quiera, como quiera y con quienes quiera.
Pero no sólo yo soy grinch en Algarabía, sino casi todo el equipo que la hace, por eso, esta Navidad nos pusimos verdes y dedicamos este número decembrino a quejarnos de todo: empezando por la colación, por los regalos fake —en una anécdota hilarante—, por el salario mínimo mexicano —que hace peor la cuesta de enero—, por la depresión navideña y por la reciente muerte de nuestro querido amigo y colaborador René Avilés Fabila.
Pero no sólo yo soy grinch en Algarabía, sino casi todo el equipo que la hace, por eso, esta Navidad nos pusimos verdes y dedicamos este número decembrino a quejarnos de todo: empezando por la colación, por los regalos fake —en una anécdota hilarante—, por el salario mínimo mexicano —que hace peor la cuesta de enero—, por la depresión navideña y por la reciente muerte de nuestro querido amigo y colaborador René Avilés Fabila.
También les damos la versión real de la biografía no autorizada de Santa Claus, les platicamos del monstruoso Krampus que castiga con sus cadenas a los niños que se portan mal, del Dr. Seuss, creador del mismísimo Grinch y de esa palabreja —entre muchas otras—, de la vida y obra de Elena Garro —contada por ella misma— quien nació en 1916 y una cronología de cuanto pasó ese año —hace un siglo.
Además, hacemos una estampa de cómo era ir a la Alameda en Navidad, de Walter Reuter y su cámara prodigiosa, de esa película que nos refríen cada navidad desde los años 80: Los Gremlins, del valor de la investigación científica y de diez conceptos de la ciencia que usamos mal. También hablamos de la palabra ínclito y Ricardo Soca nos orienta sobre lo virtual, mientras que Alfonso Reyes nos deleita hablándonos de comida deliciosa.
Que esta Navidad sea tan grinch como ustedes quieran, pero mientras, disfruten de esta lectura.