Se acaba el año, y con él, doce números de Algarabía —contando éste—, más dos Tópicos —Mujeres, sexismo y liberación y sexo, censura y cine—; junto con dos extra —lo insólito y lo sobrenatural y lo espeluznante y lo paranormal— que completan un ciclo más, uno que termina y otro que empieza con un 2013 lleno de proyectos, nuevas ideas, creaciones inusitadas, y más, mucho más, ya que nada de lo humano nos es ajeno, y hay mucho por decir.
Así, para cerrar este ciclo hemos armado un brochecito que yo creo, es casi de oro, y usted me dirá si no: primero, y aunque la Navidad no es algo que sea especial entre nuestros temas, en este número desmitificamos eso de que Jesucristo nació en un establo entre mulas y bueyes, y hablamos a profundis de los villancicos y su origen ancestral, y citamos algunos de los más populares por si a usted sí le entra el espíritu en estas fechas y quiere cantarlos.
También nos adentramos en el tema de Rusia, en un pequeño, pero interesante dossier, que incluye la misteriosa y trágica historia de los últimos zares, los Romanov; un paseo de día por la urss durante la época comunista —que lo dejará lo mismo sorprendido que conmovido—; un mapa de las quince repúblicas que conformaban la extinta Unión Soviética; una radiografía de las matrushkas, esas muñequitas panzonas que guardan muchas otras en su interior, y un artículo sobre la creación y el uso de los emblemáticos iconos de la Iglesia católica ortodoxa.
Más allá de todo esto, esta Algarabía decembrina también se pasea por el origen de la talavera poblana —esa cerámica mexicana con denominación de origen—; por más de la Kabbalah; por los eróticos diarios de Anaïs Nin y sus perversiones; por el origen de los apellidos patronímicos y por los años que viven muchas especies, desde la mosca hasta la tortuga.
También tenemos artículos de fondo, como en el que se explica científicamente por qué es tan débil nuestra fuerza de voluntad y otro en el que se habla del Axioma Matemático de Elección; y algunos más que entre simpáticos e históricos nos cuentan sobre los perros y los gatos de escritores —como el chow chow de Freud— y sobre los platillos con nombre propio que han quedado para la posteridad como la Ensalada César y la Pizza Margarita.
No pueden faltar en este número, palabritas y palabrotas —como doolally, hígado, trajinar, apático, desidioso—; anécdotas; personalidades como Joselito «el pequeño ruiseñor», que luego caería en gran desgracia, y el Sombrerero loco; para cerrar con una crónica de la película que pasan en la tele el 31 de diciembre, donde la guapísima Silvia Pinal y el sexy Pedro Infante se ponen sendas borracheras cantando rondas infantiles, infaltables en estas fechas, en las que evidentemente, le deseamos a usted, querido lector, lo mejor de lo mejor y que disfrute todas las celebraciones, las obligadas, las aburridas, las trascendentes, las de rigor, de la forma más divertida posible, tal y como lo hicieron Mané y Cruci en El Inocente.
Editorial 99
Se acaba el año, y con él, doce números de Algarabía —contando éste— así, para cerrar este ciclo hemos armado un brochecito que yo creo, es casi de oro, y usted me dirá si no...
- miércoles 28 noviembre, 2012
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