Desde obleas y pepitorias, gaznates y pirulís, camotes y alegrías, jamoncillos y muéganos, la confitería callejera mexicana, tan típica como sabrosa, conforma un pequeño universo culinario pa’l niño, pa’ la niña, para chicos y grandes, que endulza el paladar… y el espíritu.
Dulcería de las calles
No cabe duda que nuestro ser mexicano y dulcero no se queda con las ganas, pues hay para todos los gustos y todas la edades en cada rincón del país.