12 de mayo, 1985. Estadio Friuli ⎯Udine, Italia⎯. Diego Maradona buscó el esférico con la cabeza, el travesaño la devolvió y al rebote respondió su mano izquierda, que colocó por fin la pelota en el fondo de la red y empató a 2 goles el marcador entre el Udinese Calcio y el Nápoli (su equipo).
Arthur Antunes Coimbra «Zico», considerado entonces no sólo favorito de la afición de Udine, sino uno de los mejores futbolistas del mundo,1 . Se acercó al argentino —que festejaba la fortuita anotación— para pedirle: «Diego, si eres un hombre honesto, acepta ante el árbitro que ese gol lo metiste con la mano».
«Deshonesto Diego Armando Maradona, mucho gusto»
El «Pelusa» miro al brasileño, le extendió la mano derecha a modo de saludo y, sin borrar la sonrisa de su cara, respondió: «Deshonesto Diego Armando Maradona, mucho gusto».
Un año después, la selección nacional argentina se disputó el pase a la final del Mundial del 86 contra los ingleses, en la cancha del estadio Azteca. En ese partido Maradona repitió la hazaña del Friuli y, con «el gol del siglo», le dio a Argentina el pase a la semifinal del campeonato.2 «Un poco con la cabeza, un poco con la mano de Dios», declaró el 10 al finalizar el épico encuentro.