En un ejercicio periodístico de «burla-homenaje» —si cabe la expresión—, he aquí varios episodios históricos adaptados al estilo que imperó en los reportajes amarillistas de los años 70, desde la perspectiva de una moral retrógrada judeocristiana —perdón por el pleonasmo— y las llamadas «buenas costumbres» cuyos «argumentos» no han cambiado gran cosa a pesar del tiempo transcurrido.
La única intención de estas notas es provocarle una sonrisa. Ojalá que sean de su agrado.
Lope de Vega, aun de sacerdote, es un cachondo
«…nos quiere hacer torres los torreznos [marranos]», critica Góngora
Domingo de resurrección, Madrid, 1621.
A esta redacción nos llegó la noticia de que la señora Marta de Nevares —esposa del comerciante Roque Hernández, quien lleva más de un año realizando negocios en la Nueva España— está embarazada, y nada más y nada menos que del sacerdote Lope de Vega quien, supuestamente, renunció a toda tentación carnal cuando murieron su mujer y dos de sus hijos hace algunos años.
Sabíamos que era sólo cuestión de tiempo para que este sátiro —quien toda su vida buscó justificar sus escándalos sexuales por medio de su imagen de artista— volviera a las andadas.
No debemos olvidar que al otrora llamado «Fénix de los Ingenios», desde muy joven, su debilidad por las mujeres le costó no sólo dejar truncos sus estudios en la universidad de Alcalá de Henares, sino ocho años de destierro de Madrid y dos del reino.
En 1588 este Don Juan engañó a la Corona: con el argumento de enrolarse en la Armada Invencible, en realidad viajó a Lisboa para encerrarse por varias semanas en las habitaciones de una cortesana portuguesa.
Este «monstruo de la naturaleza», como lo ha llamado Miguel de Cervantes, ha tenido hijos con cantidad de mujeres casadas, casó dos veces por la Iglesia y, ahora, ofende a la comunidad católica mientras oficia misa ante sus admiradoras que se disfrazan de beatas.
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Murió la emperatriz más longeva de Rusia —y también la más promiscua—
«¿Qué esperaban que hiciera, si mi marido era impotente y estaba loco?», rebatió alguna vez la emperatriz Catalina ii
San Petersburgo, noviembre de 1796
Ayer comenzaron a esparcirse rumores de que Ekaterina Alekseyevna, mejor conocida por su pueblo como Catalina ii «la Grande» de Rusia, con su enorme culo rompió el excusado, y que al caer los fragmentos de cerámica le produjeron heridas de muerte.
Queremos aclarar que sí, le dio un paro cardiaco al momento de estar en el baño, pero no murió de la forma tan grotesca como se ha difundido, sino en su cama de forma apacible y acompañada de su corte.
Lo que sí no podemos negar es que nuestra emperatriz jamás tuvo el menor empacho en ocultar a cuanto amante tuvo, mismos que se beneficiaron de su poder y recibieron cargos nobiliarios, latifundios e incluso concibió hijos con ellos, como el príncipe Pablo, cuyo verdadero padre fue su amante Sergéi Saltykov —aunque su parecido con el difunto emperador fuera evidente—. También tuvo un hijo ilegítimo engendrado con Grigori Orlov, quien fue nombrado conde Bobrinskói.
Entre los muchos amantes que ostentó nuestra emperatriz, los más célebres fueron Grigori Aleksándrovich Potiomkin, Aleksander Dmítriev-Mamónov, el general venezolano Francisco de Miranda y el príncipe Zúbov —por mencionar unos cuantos.
Se rumora que, a su muerte, ordenó a su hijo Pablo que restituyera sus tierras al príncipe polaco Józef Antoni Poniatowski, con quien parece también tuvo un breve romance.
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Bomba sexual «de Oriente»: fusilada por «espionaje internacional»
«¿Una ramera?, ¡Sí!, pero una traidora, ¡Jamás!»: Mata Hari
Francia, octubre de 1917
Margaretha Geertruida Zelle, mejor conocida con el sobrenombre de «Mata Hari» y célebre por sus espectáculos de baile y desnudismo, fue fusilada ayer luego de ser sometida a juicio por espionaje internacional y condenada a muerte por alta traición.
Al momento de su aprehensión intentó engañar a los policías con sus encantos —se desnudó e intentó sobornarlos con sexo—, pero éstos ya estaban advertidos de los infinitos trucos de esta «bomba sexual de Oriente».
Durante el interrogatorio del juicio se probó que no provenía de la isla de Java —en realidad nació en los Países Bajos—, no era bailarina y todo cuanto había comentado de su pasado en entrevistas era falso: sólo buscaba llamar la atención y ser famosa.
Lo que sí se probó es que era amante de cientos de admiradores, entre los que se encontraba un espía alemán que la reclutó para revelar información estratégica al enemigo, misma que «causó la muerte de miles de soldados».
Antes de ser ultimada lanzó un beso al pelotón de fusilamiento, de los cuales sólo cuatro balas atinaron en el cuerpo de la «doble espía».
Al cierre de esta edición se rumora que las acusaciones de espionaje no fueron del todo probadas y que Mata Hari sirvió de «chivo expiatorio» a las autoridades francesas, debido a su pésimo desempeño durante la guerra.
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Pasolini quería que se lo plancharan, y se lo cumplieron
«Su fin ha sido al mismo tiempo parecido a su obra y disímil de él», declaró Alberto Moravia
Ostia, noviembre de 1975
Luego de que apareciera el cadáver maltrecho del director y poeta italiano Pier Paolo Pasolini, se han desatado diversas hipótesis sobre su muerte: que fue obra de grupos fascistas que estaban hartos de los escándalos que suscitaban sus obras; que fue una venganza de un sector de la mafia; que fue orquestada por religiosos radicales…
Pero a esta redacción ha llegado el escritor —y amigo entrañable de Pasolini— Alberto Moravia, quien declaró que, desde hace varios años, Pasolini tenía la costumbre de contratar un prostituto y pedirle que realizara prácticas sadomasoquistas.
Se dice que Pasolini fue atropellado en varias ocasiones, pero un experto en crímenes sexuales sugiere que fue golpeado hasta la muerte por varias personas.
Al cierre de esta edición un jovencito se ha entregado a las autoridades afirmando que él es el único responsable de la muerte del genial artista; pero por más que se presentan «pruebas», sospechamos que la verdad sobre su asesinato jamás se sabrá del todo.
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Roger Vadim: el director cuyos romances fueron más escandalosos que sus películas
«No es francés ni se apellida Vadim, es ucraniano»: acusa Chabrol.
Banquete de bodas, París, Francia, diciembre de 1990
Roger Vladimir Plemiannikov, mejor conocido como Roger Vadim y que ha escrito y dirigido cintas como Y Dios creó a la mujer (1956), Las relaciones peligrosas (1959), El vicio y la virtud (1963), Barbarella (1968) y Si Don Juan fuese mujer (1973), entre muchas otras, se casa por quinta ocasión.
El evento sirve para hacer un recuento de su vida lujuriosa —más que «amorosa»—, pues Vadim, en cuanto descubrió a Brigitte Bardot como modelo de la revista Elle, en 1949, usó de pretexto «convertirla en una estrella de cine» para tener relaciones con ella, cuando apenas tenía 14 años. Tres años más tarde, y luego que el padre de Bardot amenazara a Vadim con matarlo, se casaron —aunque Vadim tenía aventuras con muchas otras actrices—, y años después cumplió su promesa de lanzar a Bardot al estrellato. Pero con la misma oferta sedujo a Catherine Deneuve —cuando ésta tenía 17 años—, a Jane Fonda, a Annette Susanne Strøyberg y a Catherine Schneider; con todas tuvo un hijo.
Cabe destacar que sus matrimonios terminaron porque engañó a sus mujeres con las actrices con quienes filmaba en su momento; por ejemplo, cuando estaba casado con Jane Fonda tuvo un romance con Angie Dickinson.
Dicen que no hay quinto malo. A ver cómo le va a este Don Juan de cine —literal— con su nuevo matrimonio pues, acá entre nos, el señor ya se ve muy traqueteado.
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