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Ro po pon pon, ro po pon pon: los villancicos

La música navideña ha sido una manera festiva de conmemorar el nacimiento de Jesucristo, y de difundir la paz, la fraternidad y el amor entre las personas en esta época del año.

La música navideña ha sido una manera festiva de conmemorar el nacimiento de Jesucristo, y de difundir la paz, la fraternidad y el amor entre las personas en esta época del año. Así, los villancicos que cantamos en México —de tradición católica— resultan indispensables durante estas celebraciones, pues no sólo animan los motivos religiosos, sino que refuerzan una festividad que une lo espiritual con lo popular.
Los villancicos fueron, inicialmente, composiciones poéticas. Se desarrollaron a partir del zéjel, el cual es un poema de origen arábigo-español, inventado por el poeta ciego Mucáddam de Cabra. Un zéjel está formado por un estribillo de uno o dos versos, la mudanza de tres versos monorrimos y un solo verso de vuelta.
Los villancicos, por su parte, consistían en versos hexasílabos u octosílabos, acomodados de la siguiente manera: estribillo, de dos o cuatro versos; mudanza, constituida por una estrofa, a menudo una redondilla,1 vuelta o enlace, que consta de versos que repiten total o parcialmente el estribillo.
Durante la Edad Media, el villancico era una composición muy popular entre el pueblo. Por ello tomó el nombre que proviene de villano; es decir, una persona que vive en las villas o las aldeas, que eran quienes acostumbraban cantarlo. Sus temas, meramente profanos, tenían que ver con los sucesos locales, los encuentros y desencuentros amorosos, la naturaleza, las labores en el campo, los lamentos por la ausencia de algún ser querido y hasta con confidencias.
Hacia el siglo xvi, la Iglesia consideró buena idea acercar al pueblo a los misterios de la fe católica por medio de la música, de tal manera que comenzó a introducir los villancicos en las liturgias.
Desde el México virreinal existen villancicos de corte popular y culto, que se incorporaron también al campo teatral. Los primeros fueron escritos por compositores anónimos y se transmitieron por tradición oral; los segundos, a mano de notables poetas como sor Juana Inés de la Cruz, Pedro de Trejo y Fernán González de Eslava.
En la actualidad, el término villancico se refiere exclusivamente a las canciones navideñas que se cantan, en esas fechas.
A continuación mostramos algunos villancicos representativos:

Villancico flamenco conocido popularmente como «Huyendo del Rey Herodes», en voz de La Paquera de Jerez.

Villancico flamenco conocido como «Los caminos se hicieron» o «Villancico del gloria».

«El niño del tambor», en la famosa versión del cantante andaluz Raphael.

«Niño criollo», aguinaldo venezolano —versión venezolana de los villancicos.

«Niño lindo», aguinaldo venezolano.

«Ven a mí, Jesús mío», villancico mexicano compuesto en 1938 por Paulino Paredes.

«Adeste fideles», en voz de los niños cantores de Viena.

Conoce más sobre la evolución de los villancicos a lo largo de la historia en Algarabía 99 de diciembre.

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