Las vacaciones siempre son el sueño más grande durante el año: desde que eres pequeñito y sabes que después de ir muchos días a la escuela, llega un tiempo en el que puedes quedarte muchos días en tu casa, jugando, descansando o —con suerte— viajando a otros lugares con tu familia.
Vacación. Descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios.1
Casi siempre las vacaciones más esperadas son las de verano, porque son más largas, y entre el descanso y el calor se pueden realizar muchas actividades al aire libre, como salir a jugar, andar en bici, tomar un curso de verano o, si se puede, ir a nadar a alguna alberca o playa cercana.
Aunque las vacaciones de invierno no se quedan atrás, porque, aunque duran menos días, en ellas se celebra la Navidad, el Año Nuevo y la visita de los Reyes Magos, durante la cual nadie se queda sin comer rosca ni tomar chocolate caliente.
La verdad es que cuando eres grande, sigues soñando de la misma forma con las vacaciones, para olvidarte un rato del trabajo y disfrutar de levantarte tarde, salir a pasear, visitar otras ciudades, pasar tiempo con la familia y los amigos y no tener preocupaciones por varios días. En este punto de la adultez hasta las vacaciones de Semana Santa que sólo algunos privilegiados toman por dos semanas completas —la mayoría solo descansa dos días— son el santo grial del descanso.