A veces las novelas se convierten en guiones cinematográficos y, en otras, los novelistas incursionan en el cine: presentamos un recuento. de ellos.
Desde la Época de Oro hasta la llegada del “nuevo cine mexicano”, el séptimo arte de nuestro país se ha caracterizado por estar siempre enmarcado por la literatura. Las adaptaciones que traducen el lenguaje escrito al cinematográfico son producciones que han tenido enorme cabida a lo largo del poco más de un siglo de cinematografía mexicana; sin embargo, esa no es la única manera en la que la literatura se hace presente en la pantalla grande. Han sido bastantes los novelistas que osan en debutar como guionistas, característica que le otorga un sentido especial al ejercicio audiovisual, pues a pesar de tratarse de imágenes y sonido, no se pierde la esencia de las plumas que se encuentran orquestando la narrativa y el relato. Es por ello que hicimos un breve recuento para recordar aquellos valientes escritores que han dejado su huella en el cine mexicano.
Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes con Arturo Ripstein
Fotograma de Tiempo de morir (Ripstein, 1966)
A la edad de 23 años, Arturo Ripstein debutaba como director con una obra sui géneris que combinaba lo mejor del western y lo bello del realismo mágico. La realización de su ópera prima se realizó con el apoyo de su padre, Alfredo Ripstein, y de los escritores Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, ambos ayudaron a Ripstein a realizar una adaptación cinematográfica del cuento homónimo de García Márquez y, asimismo, fueron los responsables de redactar los diálogos de Tiempo de morir (1966), cinta que marcó la trayectoria apenas naciente del ahora prolífico cineasta. De igual manera, la dupla García Márquez-Fuentes ya había colaborado en un guion con anterioridad, se trató de la película El gallo de oro de Roberto Gavaldón.
Guillermo Arriaga con Alejandro González Iñárritu
Fotograma de Babel (Iñárritu, 2006)
La carrera del escritor Guillermo Arriaga en la pantalla grande comenzó cuando Gabriel Retes adaptó al cine su novela Un dulce olor a muerte, que, si bien, Arriaga nunca consideró que fuera una adaptación fiel a su obra, le permitió adentrarse en la industria. Posteriormente, realizó el que es quizás su trabajo más conocido: Amores perros (2000), cinta nominada al Óscar a Mejor Película de Habla No Inglesa y dirigida por Alejandro G. Iñárritu; años más tarde, Arriaga colaboraría nuevamente con el director para la realización de Babel (2006), filme que le permitió ser acreedor a una nominación a los Premios de la Academia a Mejor Guion.
Josefina Vicens y Elena Garro con Mauricio de la Serna
Fotograma de Las señoritas Vivanco (De la Serna, 1959)
Dos de las plumas más prominentes del siglo pasado, ambas ganadoras del Premio Xavier Villaurrutia: Josefina Vicens por El libro vacío en 1958 y Elena Garro en 1963 por Los recuerdos del porvenir, unieron esfuerzos para realizar el guion de la famosa comedia Las señoritas Vivanco (1959), que fue dirigida por Mauricio de la Serna y contó con la participación de importantes actores de la época como Pedro Armendáriz y Sara García.
José Emilio Pacheco y Arturo Ripstein
Fotograma de El lugar sin límites (Ripstein, 1978)
Una vez que su carrera estaba consolidada, Arturo Ripstein recurrió de nuevo a la labor de otro escritor: José Emilio Pacheco. Esta dupla realizó dos de las cintas más emblemáticas del siglo pasado en México por la osadía discursiva de ambos ejercicios. Se trató de El castillo de la pureza (1973), basada en el caso real de la familia Pérez Noé (encerrada por el padre durante 18 años) y El lugar sin límites (1978), filme que provocó revuelo al momento de ser estrenada por el contenido homosexual de su narrativa.
José Revueltas con Roberto Gavaldón
Fotograma de La otra (Gavaldón, 1946)
Una de las piezas más icónicas del cine negro mexicano es La otra, obra filmada en 1946 por el cineasta Roberto Gavaldón y que contó con el apoyo de José Revueltas en la escritura del argumento y el desarrollo del guion. Revueltas participó prolíficamente en el cine después de esto, fue parte de diversos proyectos al lado de Gavaldón donde resaltan: La diosa arrodillada (1947), Rosauro Castro (1950) y En la palma de tu mano (1951). De igual manera, Felipe Cazals se basó en su novela El apando para filmar en 1976 la cinta homónima que retrataba el inhóspito interior de la cárcel de Lecumberri.
Vicente Leñero con Jorge Fons
Fotograma de Los albañiles (Fons, 1976)
Si existe un escritor mexicano ampliamente reconocido por su labor guionista es el del periodista y novelista Vicente Leñero, quizá su trabajo más famoso es el que realizó con Jorge Fons para la película El callejón de los milagros (1995) protagonizada por Salma Hayek y la cual estuvo basada en una novela ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1988 del escritor árabe Naguib Mahfuz. Asimismo, un par de décadas atrás Fons había trabajado con Leñero al realizar la adaptación de su obra de teatro Los albañiles, película ganadora del Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín.