ESCALOFRIANTE
Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Golpean a la puerta.
Thomas Bailey Aldrey, Works.
CORDELIA
Sintió pasos en la noche y se incorporó con sobresalto.
—¿Eres tú, Cordelia?
—dijo. Y luego:
—¿Eres tú? Responde.
—Sí, soy yo —le replicó ella desde el fondo del pasillo. Entonces se durmió. Pero a la mañana siguiente habló con su mujer que se llamaba Clara y con su sirvienta que se llamaba Eustolia.
Francisco Tario, Tapioca Inn
FINAL PARA UN CUENTO FANTÁSTICO
—¡Qué extraño! —dijo la muchacha, avanzando cautelosamente. ¡Qué puerta más pesada!
La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.
—¡Dios mío! —dijo el hombre. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos!
—A los dos, no. A uno sólo
—dijo la muchacha. Pasó a través de la puerta y desapareció.
I. A. Ireland, Visitations
UN HUEVO
Un viajero encuentra en el campo a un personaje con una cabeza completamente lisa como un huevo, sin un solo rasgo. Aterrorizado sube a una carreta y le pide al campesino que arree el caballo de inmediato.
—¿Qué pasa? —le pregunta el campesino.
—Fue que vi a un hombre que tenía el rostro liso como un huevo.
—Entonces —respondió el campesino volviéndose—,¿tenía el mismo rostro que yo?
Anónimo japonés
¿SERÍA FANTASMA?
Al caer de la tarde, dos desconocidos se encuentran en los obscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:
—Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?
—Yo no —respondió el otro —. ¿Y usted?
—Yo sí —dijo el primero y desapareció.
George Loring Frost, Memorabilia
PREGUNTA
¿Qué es un fantasma?, preguntó Stephen. Un hombre que se ha desvanecido hasta ser impalpable —por muerte, por ausencia, por cambio de costumbres.
James Joyce, Ulises
FANTASMA SENSIBLE
Un día, cuando se dirigía al excusado, Yuan Tche-yu fue protagonista de un hecho singular. A su lado surgió un fantasma gigantesco, de más de diez pies de altura, de tez negra y ojos inmensos, vestido con una casaca negra y cubierto con un bonete plano. Sin turbarse de modoalguno, Yuan Tche-yu conservó su sangre fría.
—La gente suele decir que los fantasmas son feos
—dijo con la mayor indiferencia, dirigiendo una sonrisa a la aparición. ¡Y tiene toda la razón!
El fantasma, avergonzado, se eclipsó.
Lieu Yi-king
LA CASA ENCANTADA
Una joven soñó una noche que caminaba por un extraño sendero campesino que ascendía por una colina boscosa cuya cima estaba coronada por una hermosa casita blanca, rodeada de un jardín. Incapaz de ocultar su placer, llamó a la puerta de la casa, que finalmente fue abierta por un hombre muy, muy anciano, con una larga barba blanca.
En el momento que ella empezaba a hablarle, despertó. Todos los detalles de este sueño permanecieron tan grabados en su memoria, que por espacio de varios días no pudo pensar en otra cosa. Después volvió a tener el mismo sueño en noches sucesivas. Y siempre despertaba en el instante en que iba a empezar su conversación con el anciano.
Pocas semanas más tarde la joven se dirigía en automóvil a Litchfield, donde se realizaba una fiesta de fin de semana. De pronto tironeó la manga del conductor y le pidió que detuviera el automóvil. Allí, a la derecha del camino pavimentado, estaba el sendero campesino de su sueño.
—Espéreme un momento —suplicó, y echó a andar por el sendero, con el corazón latiéndole alocadamente. Ya no se sintió sorprendida cuando el caminito subió enroscándose hasta la cima de la boscosa colina y la dejó ante la casa cuyos menores detalles recordaba ahora con tanta precisión. El mismo anciano del sueño respondió a su impaciente llamado.
—Dígame —dijo ella—, ¿se vende esta casa?
—Sí —respondió el hombre—, pero no le aconsejo que la compre. ¡Esta casa, hija mía, está frecuentada por un fantasma!
—Un fantasma —repitió la muchacha. ¡Santo Dios!, y ¿quién es?
—Usted —dijo el anciano cerrando suavemente la puerta.
Anónimo