«Mande» es una expresión de cortesía con la que aún hoy los padres corrigen a sus hijos.
Algunos dicen que es apócope de «mande usted» o «mándeme usted», de mandar, del latín mandare, que alguien con autoridad exprese la voluntad de que se haga algo.
Los mexicanos contestamos regularmente con esta expresión a alguien que nos llama —cuando, literalmente, uno se pone a sus órdenes— o cuando no se ha oído o entendido con claridad lo dicho por el interlocutor, de manera equivalente a «dígame» o «dime». A menudo se utiliza con tono interrogativo.