La criptografía es el arte de escribir en clave secreta o de modo enigmático y, aunque pueda sonar absurdo —¿para qué escribir un mensaje o cualquier cosa si los otros no lo van
a entender?—, hay una razón.
La palabra criptografía proviene del griego kryptós, «oculto o escondido», y grafía, «escritura»; literalmente: «escritura oculta». Pero también se aplica al desciframiento de tal escritura o criptoanálisis.
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Los mensajes encriptados han existido casi desde que el hombre empezó a escribir y se pueden rastrear en tablillas y pergaminos sumerios y egipcios. Así que no será necesario repasar todas las épocas históricas para describir cómo, al lado de manuscritos legibles, se introducían mensajes cifrados y cómo este ejercicio derivó en una complejidad tal que los mensajes llegaron a ser encriptados por máquinas como la Enigma1 Esta máquina disponía de un mecanismo de cifrado rotatorio. La primera patente, de 1919, es obra de Alexander Koch, Arthur Scherbius y Richard Ritter. La primera máquina que perteneció el ejército alemán fue adquirida por la Marina en 1929. —empleada por los nazis en la ii Guerra Mundial—, y cómo, además, descifrarlos fue determinante para que los aliados ganaran la guerra.
Puede ser que los otros no lo entiendan, pero «otro», el único que me interesa que lo lea, sí podrá.
Si bien la utilidad de la criptografía en la guerra, el espionaje, la diplomacia y las intrigas es obvia, hoy en día el uso de Internet significa un nuevo y complejísimo mundo de información cifrada, de tal manera que, cuando uno captura sus datos para hacer, digamos, una compra con tarjeta de crédito, los sistemas encriptan dicha información en una serie de algoritmos muy sofisticados y complejos para brindar al usuario seguridad y confidencialidad.
Los protagonistas
Para encriptar un mensaje es necesario reunir una serie de elementos:
- texto claro. Es el texto original que se va a encriptar, al que también se denomina «texto puro».
- criptograma. Es el texto resultante, es decir, que ya está en clave u oculto.
- cifrado. El proceso, es decir, la técnica que se va a emplear para encriptar el texto claro.
- descifrado. Corresponde al conjunto de protocolos y claves para realizar el proceso en forma inversa, es decir, pasar de un texto cifrado a un texto claro.
- la clave. Un mensaje encriptado garantiza que tanto el emisor como el receptor de un mensaje sean los que deben ser, pues para descifrarlo será necesaria una clave, cifra2 Cifra es una antigua palabra arábiga para designar el número cero. En la antigüedad, cuando Europa empezaba a cambiar del sistema de numeración romano al arábigo, se desconocía el cero, por lo que éste resultaba misterioso; probablemente por ello cifrado signifique «escritura en que se usan signos, guarismos o letras convencionales», y que sólo puede comprenderse conociendo la clave. o algoritmo, y ésta sólo debe estar en poder del receptor.
Cabe destacar que en criptografía no es lo mismo clave que código, aunque cotidianamente se utilicen como sinónimos.
El término código se aplica para la sustitución de frases o conjuntos de palabras, al ocultar un mensaje, como, por ejemplo, el famoso «Día D», que en realidad se refería al
«6 de junio de 1944». En cambio, las claves sustituyen letras, dígitos y símbolos empleados en un texto plano.
Criptosistemas
Así como extensa es la historia del hombre, es vasta la diversidad de técnicas de cifrado existentes, que van desde técnicas muy simples, como el Ro13, que sustituye cada letra por la situada trece puestos más adelante —la palabra adicción se escribiría npuooubz—, hasta las de gran complejidad,
que utilizan algoritmos y ecuaciones que sólo mediante una computadora es posible procesar, como la de una «firma digital», la cual garantiza que el firmante acepta ser el firmante y da al receptor la seguridad de que el mensaje no ha sido alterado.
Lo fundamental es entender que hay dos maneras clásicas
de cifrar un mensaje: por sustitución o por transposición.
Además, hay que mencionar que la criptografía se realiza
en cuatro modalidades distintas: la simétrica, en la que se
usa la misma clave tanto para cifrar como para descifrar un mensaje; la asimétrica, que es más compleja aún, pues se emplean dos claves de cifrado, una pública y la otra privada, que sólo el destinatario conoce; la elíptica, que tiene una base matemática basada en la elipse; y la híbrida, que combina la simétrica y la asimétrica.
Pero, para dejar de hablar en abstracto, aquí les presentamos el funcionamiento de algunos criptosistemas básicos.
- Murciélago. El sistema de esta clave se basa en la sustitución; en un texto claro, las letras que coinciden con las de la palabra murciélago serán sustituidas con el número correspondiente:
La palabra Algarabía quedaría escrita como: 768727b47 —la b queda intacta, pues no aparece dentro de la palabra murciélago.
- Clave 3+. Este sencillo sistema fue instituido por Julio César; en él, cada letra es sustituida por la que está tres posiciones más adelante en el abecedario. La palabra revista quedaría escrita así: uhylvwd.
La inconveniencia de este sistema es que es tan simple que puede ser descifrado por la frecuencia de uso de las letras.
- Cenit Polar. En este sistema cada letra que coincida con las de cenit polar se sustituye por la letra que esté arriba o abajo, según el caso:
Por ejemplo, la frase «te quiero mucho» quedaría escrita así: RO quAOTE muPhE.
Sería interminable presentar más y más códigos. Los simples son muchos y los complejos ¡son secretos! Sólo hay que tener en cuenta que, cada vez que navegamos por Internet o que abrimos nuestro mail, estamos usando criptogramas, y que los sistemas están cifrando y descifrando toda la información que nosotros proporcionamos.
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