Las imágenes en vitrales y manuscritos medievales de tiernos conejitos ejerciendo una terrible violencia hacia las personas es a la vez adorable y ominosa.
En el arte de la Edad Media era frecuente que el conejo simbolizara pureza y desamparo. Es por eso que algunas imágenes de Cristo tienen en sus márgenes un zoológico de inocentes conejitos blancos y cafés brincando por el campo.