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Coñac y brandy

Una copita no se le niega a nadie.

Estas dos palabrotas merecen serlo porque se refieren al más fino y costoso aguardiente del mundo y porque tienen una historia nobiliaria y blasonada. Las dos designan a este licor de graduación alcohólica muy elevada, obtenido por la destilación de vinos flojos, añejados en toneles de roble.

Pero, aunque el coñac generalmente se entiende como «de mayor calidad» que el brandy, esto no es preciso ni debe considerarse así. El coñac se llama así porque tiene «denominación de origen», es decir, sólo el licor que se produce en la región de Coñac, Francia, puede ser llamado de esa forma. Los productores de este distrito francés han peleado durante años para lograr que el nombre de cognaccoñac o coñá, como lo escribe la RAE— sólo sea de ellos y que su licor sea reconocido como único en el mundo y, por tanto, tenga un estatus especial. Tal es el caso de la champaña —que también tiene denominación de origen—,del tequila y del mezcal, entre muchos otros.

En otras regiones y países, desde hace mucho tiempo, se ha producido el mismo tipo de aguardiente. De hecho, en la región de Jerez de la Frontera, en España —de donde también es originario el vino fino, propiamente llamado jerez—, se produce el que para muchos es el mejor del mundo y, además —ellos argumentan—, desde antes que los franceses, porque hay documentos que prueban su existencia desde al-Ándalus en el siglo XIV, mientras que los franceses sitúan los primeros años de fabricación del coñac en el siglo XVII.

El problema es simplemente de denominación y no de calidad, porque al tener los franceses la denominación de origen, y al no poder llamar al aguardiente español coñac, en los años 50 del siglo pasado, el régimen franquista lanzó un concurso para crear una nueva denominación para él, en el cual la palabra ganadora fue jeriñac —neologismo híbrido formado por los vocablos jerez y coñac—; sin embargo, tuvo poca acogida y se sintió afectado y hasta cómico y, de hecho, se solían hacer bromas como ésta:

—¿Qué quiere el señor?
Jeriñac.
—Al fondo a la derecha.

En su lugar se utilizó para designarlo la palabra brandy, que proviene del holandés brandewijn, que significa, literalmente, «vino quemado». Este nombre, por las razones antes expuestas, se da hoy comercialmente a todos los tipos de coñac elaborados fuera de Francia y a otros aguardientes de uva. Así, encontramos que hay brandys estadounidenses, mexicanos y australianos, por malos que sean. Mientras tanto, a los productores de brandy de Jerez de la Frontera—que aseguran que sus aguardientes son superiores en calidad que muchos coñacs— sólo les ha quedado agregarla frase «Brandy de Jerez» en todas sus botellas, haciendo alusión a su noble origen.

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