Como se sabe, los ingleses son expertos consumidores de té. No obstante, ni ellos mismos han llegado a un acuerdo sobre la forma más adecuada de preparar dicha bebida o sus posibles combinaciones.
Hay muchas maneras de preparar un té;1 sin embargo, prácticamente todo el mundo está de acuerdo en que, si se quiere tomar té con leche, se debe echar primero la leche y sobre ella el té. De la misma manera, hay acuerdo en que la leche debe ser fría y sin que previamente haya sido hervida.
Los taninos,2 uno de los principales componentes del té, son los responsables de su sabor amargo y astringente. Al añadir leche al té, los taninos se unen a las proteínas de la leche y esto disminuye en gran manera su astringencia, porque las proteínas de aquélla se desnaturalizarán en parte perdiendo entonces la capacidad de enmascarar a los taninos. En cambio, al echar el té caliente sobre la leche fría se consigue que la temperatura aumente lentamente, dándole tiempo a la leche a realizar su tarea. De la misma manera, en la leche hervida las proteínas ya se encuentran desnaturalizadas y por eso no es buena a la hora de preparar un té.
1 Tomado de la sección CURIOSIDADES en ciencianet.com
2 Sustancia contenida en algunos órganos vegetales, como la corteza del roble, del castaño, agallas del roble, etcétera. Los taninos son componentes importantes del té, del vino y del café.