Mes con mes, las mujeres nos encontramos expuestas a fuertes dolores conocidos como cólicos menstruales, por siglos, este malestar se ha minimizado y nos han llamado: dramáticas o exageradas —por decir lo menos— ¡ O peor! la publicidad nos exige salir a «la aventura» protegidas con el tampón o la toallita con alas que acaba de salir al mercado. Un discurso sin sentido si tomamos en cuenta que los estudios médicos han demostrado que los cólicos menstruales no son ninguna nimiedad.
Este dolor —en ocasiones hasta incapacitante— se llama dismenorrea y se relaciona con el proceso inflamatorio que ocurre en el útero durante la menstruación, afecta a millones de mujeres alrededor del mundo y según la American Academy of Family Physicians, una de cada cinco mujeres se ve fuertemente afectada a causa del dolor menstrual.
El dolor menstrual es diferente para cada persona, mientras hay quienes pueden calmarlo con un cojín térmico o con algún analgésico suave, hay quienes viven un dolor tan elevado que causa: llanto, nauseas o vómito y hasta desmayos.
John Guillebaud, profesor de salud reproductiva en la University College de Londres, aseguró a la revista Quartz (en 2016) que las pacientes que participaron en un estudio para comparar diferentes tipos de dolores dijeron que los cólicos menstruales son similares en intensidad al dolor que se siente al sufrir un infarto.
Conoce con exactitud tu ciclo menstrual con la ayuda de DAYSY
Guillebaud, agregó que todas las personas que menstrúan, no sólo padecen por los cólicos menstruales, sino que pueden tener: náuseas, diarrea vómito y dolor de cabeza y otros efectos relacionados con el síndrome premenstrual como: depresión, ansiedad, irritabilidad, etc.
Lo importante en todo esto es que sepas que, aunque en muchas ocasiones el dolor está considerado normal, nadie tiene por qué sufrirlo, y lo mejor sería acudir en busca de ayuda profesional para descartar una posible enfermedad que después podría complicarse.