Pero esto no es un problema evidente en Capitán América: Guerra Civil, la última entrega de la saga inspirada en la creación del afable multimillonario Stan Lee, quien vio en la colisión de Iron Man contra el Capitán América una rentable oportunidad de hacer entretenimiento de sólida factura.
Para poder controlar las devastaciones causadas por las batallas de los Vengadores, los gobiernos internacionales deciden meterlos en cintura con regulaciones, comprometiendo su margen y libertad de operación. Tony Stark (Robert Downey Jr.) se encuentra a favor del registro de superhéroes y se enfrenta a la negativa de Steve Rogers (Chris Evans), quién además de estar en contra de lo que concibe como una privación de libertad, busca proteger a su súper amigo Bucky, el Soldado del Invierno (Sebastian Stan).
Los Hermanos Russo, quienes estuvieron detrás de la cámara para la segunda entrega de la saga del Capitán América, encontraron un tono delicadamente balanceado que tomó su modelo de los thrillers políticos de los años 70 –por ejemplo Los tres días del condor (1971); El hombre maratón (1973)– incorporando su ritmo y temas a la imaginería de Marvel sin dejar de lado la erudición pop de gente como Joss Whedon, director de las dos cintas de Los Vengadores.
Los Russo, y el universo Marvel en general, no deifican a sus personajes, los banaliza y los hace entrañablemente terrenales.
En Guerra Civil, los Russo entregan una cinta con una trama densa que evade el tedio y la confusión con la misma elegancia y pericia con la que la Viuda Negra (Scarlett Johansson) derriba a sus oponentes, al tiempo que orquestan eficientes, aunque ya estandarizadas escenas de acción y set pieces. Sin embargo, algo que los Russo usan hábilmente a su favor, es el factor de la novedad.
Tal como niños empleando un baúl de viejos juguetes y lustrosas novedades, los Russo integran a personajes como Pantera Negra (Chadwick Boseman) y particularmente a un cándido Hombre Araña (Tom Holland), en la dinámica de una pelea interna entre héroes con afortunado éxito.
Lo que Guerra Civil plantea es que hasta nuestras fantasías conllevan una sensible responsabilidad.
La interacción entre el equipo de Vengadores no dista mucho de la camaradería de un grupo de oficinistas –aderezada con la actitud de excitable fan que lleva el Hombre Araña–, dando a las peleas un tono más «amigable» que de genuina rivalidad. Todos en este equipo se llevan tan bien que hasta cuando pelean, no pueden evitar hacer un pícaro chiste.
Es justamente ahí donde el universo cinematográfico de Marvel tiene su gran ventaja y su gran limitación, a pesar de su indudable calidad, las sagas de Marvel difícilmente alcanzaran el status de prestigio que otras obras tienen, pero sin duda su trascendencia se verá presente siempre que veamos a un niño, o un adulto en todo caso, jugar con figuras de acción o vestirse pretender que es un héroe.
¿Cuáles son las diferencias con la historia en el cómic?
Las personas aficionadas a los cómics seguramente tuvieron en cuenta que la 13ª película del universo Marvel: Capitán América: Civil War, se basó –mejor que nombrarla como una adaptación– en la historieta homónima del 2006, que a modo de crossover, enlaza varias historias de los primeros vengadores con algunos que comienzan a asomarse como sus continuadores, básicamente porque algunos apoyan el registro de superhéroes y otros se niegan a revelar su identidad secreta.
Para que los puntos de comparación y discusión queden más claros, el equipo web de Algarabía te presenta lo más sustancial de la historia narrada en viñetas:
- La Guerra Civil se desató por una catástrofe. Exactamente en Stamford, Connecticut. Los New Warriors –un grupo de superhéroes novatos– estaban grabando un reality show de cómo capturar y derrotar a villanos, pero no esperaban encontrarse con algunos tan poderosos. Por esa razón, el súper villano Nitro utilizó sus poderes explosivos para deshacerse de los héroes y, de paso, a casi media ciudad, incluida una escuela primaria. De este acontecimiento se culpó a todos los súper humanos, especialmente a Tony Stark –Iron Man.
- Pasen a registrarse. Las naciones, al ver los daños colaterales que las intervenciones de superhéroes dejaban, crearon la «Ley de Registro de Superhumanos» la cual estipulaba que toda persona con súperpoderes debía renunciar a su identidad secreta y actuaría como un agente especial de s.h.i.e.l.d –Sistema Homologado de Inteligencia, Espionaje, Logística y Defensa– para el bien común. Ya no existirían los justicieros ni los vigilantes.
- Bandos distintos. Como era de esperarse, la mayoría de los héroes no estuvieron de acuerdo con dicha ley ya que estarían renunciando a sus propios ideales, por lo que el Capitán América se volvió el líder del bando de oposición. Por otro lado, Iron Man, al sentirse culpable por lo sucedido en Stamford, se convierte en el líder pro-registro, a tal grado que convenció al mismísimo Spider-Man de revelar su tan preciada identidad secreta como golpe simbólico. Los X-Men tuvieron al principio una posición neutral.
- De la discusión a los golpes. Fue tal la tensión entre opositores, que a los héroes pro-registro se les ordenó capturar y encarcelar a cualquier súper humano en contra de la «Ley de Registro» lo cual los condujo a su primera batalla. Al notar que estaban perdiendo la pelea, el Sr. Fantástico junto con Hank Pym, previo a la pelea, crearon un androide de Thor –que en ese tiempo estaba muerto– y lo trajo para asustar a los héroes anti-registro, pero este último se pasó de la raya y le atravesó el corazón a Goliath, fulminándolo.
- Cambios de bando. Después de la pelea, muchos héroes empezaron a cuestionar sus lealtades y a cambiar de bando, como la Mujer Invisible y Spider-Man, quien al ser herido gravemente por Iron Man lo rescata Punisher. Lo mismo sucedió con Cable, Nighthawk y Stature –la hija de Ant-Man– quienes abandonaron la pelea que libraban a lado de Iron Man, pues ya desesperado, reclutó a súper villanos al equipo.
- El desenlace. Punisher se integró a la oposición para así poder robar los planos de la súper prisión en la Zona Negativa que Iron Man, el Sr. Fantástico y Hank Pym habían construido para retener ahí a los súper humanos que no firmaran el registro. Cuando la batalla final se cambió de lugar a Nueva York, y esta ciudad empezó a ser destruida, la gente intervino para detener al Capitán América y hacerle ver el agravio que había causado; esto lo llevó a entrar en razón y decidió rendirse para así terminar con la Guerra.
Si bien existieron otros cómics relacionados a esta batalla –como la versión post-Civil War en la que muere el Capitán América– la historia central también gira en torno a las diferencias entre el Capitán y Iron Man, lo cual es lo único en común con la película.
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