El compositor astro-húngaro Franz List decía que «el piano concentra y resume en él el arte todo entero», debe ser cierto, sus contrastes rítmicos fuertes y delicados son prueba de que los extremos pueden converger en delicadas melodías.
El piano es un instrumento musical de cuerda percutida, considerado como percusión porque funciona por medio de un mecanismo pulsador. Está formado por una serie de cuerdas metálicas de diferentes diámetros y longitudes, ordenadas en una caja de resonancia que vibran y producen sonidos al ser golpeadas por pequeños martillos de madera forrados de tela, función que se activa al tocar sus teclas negras y blancas.
El sonido que produce el piano es fascinante, sus matices alcanzan tonos suaves e intensos originando hermosas melodías.
Es el instrumento con el mayor número de partituras para orquesta, pues casi todos los compositores han escrito música con la ayuda del piano. Se considera además como el instrumento del romanticismo, pues gracias a él muchos músicos europeos dieron a conocer su virtuosismo como pianistas durante los siglos xviii y xix.
Clavecín con sonidos suaves y fuertes
Antes de que el piano existiera como hoy lo conocemos, hubo instrumentos como el cítara, el monocordio, el clavicordio y el clavecín, que poseían el mismo mecanismo de musicalización: un número de cuerdas tensadas que emitían sonidos al ser tocadas con los dedos.
Los instrumentos que más se acercaron a lo que hoy es el piano son el clavicordio y el harpiscordio, ya que sus cuerdas vibraban mediante una púa, pero siempre al mismo volumen y tono sin importar qué tan rápido se presionaran las teclas.
Entonces en 1695 el italiano Bartolomeo Cristófori construyó un instrumento que puso a vibrar las teclas, las cuales permitían una variación tanto en los tonos como en el volumen. El resultado de este invento fue un sonido suave y sostenido a diferencia del sonido metálico de sus antecesores, al cual llamó cimbalo col piano e forte que significa «clavecín con sonido suave y fuerte.»
Así nació el piano, un instrumento que partió de la idea de interponer un aparato mecánico –el martillo de madera recubierto de tela– que después de tocarse regresa listo para ser golpeado de nuevo. Mientras, un «apagador» se encarga de silenciar y de expandir el sonido cuando se levanta el dedo de una tecla.
Poco a poco, su nombre se abrevió a «piano», el cual mantuvo la forma del clavecín pero sutil y refinado en cuanto a sonido.
En 1730 el alemán Gottfried Seilbermann tomó el invento para mejorarlo y sobre todo para propagarlo. Más tarde, los alumnos de Seilbermann, Zumpe y Stein, formaron las escuelas anglosajona y vienesa en la construcción de pianos, en los cuales existen algunas diferencias pero poseen en común un pedal de resonancia.
En 1750 Joan Sebastian Bach tiene contacto por primera vez con un piano construido por Silbermann del cual quedó encantado, convirtiéndose en el promotor de sus pianos.
–Entérate cómo escuchamos la música—
Entre los cambios hechos al instrumento está la construcción de Steinway en 1863, quien diseñó un piano vertical con cuerdas cruzadas y una tabla armónica, además mejoró el pedal Sostenuto.
En 1874 J. Blüthner patentó el “sistema aliquot”, el cual consistió en introducir una cuarta cuerda más elevada, pero ésta no es tocada por el martillo sino que vibra en armonía con las demás, lo que incrementa la resonancia de todas las cuerdas.
Un clásico
Con el tiempo, los pianos se han modificado pero el concepto y la idea de Cristofori se han respetado. Diversos materiales se han utilizado para mejorar la calidad del sonido y se han añadido más notas para ampliar su capacidad musical.
Hay pianos verticales, en los que el arpa, las cuerdas y martillos permanecen perpendiculares al piso; y hay pianos de cola que tienen el arpa, cuerda y martillos en paralelo con el piso, un tipo de mueble en forma de cola, llamados comúnmente pianos de cola.
En cuanto a diseño, existe una gran variedad de modelos, esto permite que el instrumento no cese de innovarse.
También hay pianos electrónicos y teclados, excepto que estos no cuentan con cuerdas ni martillos, pero pueden imitar el sonido del instrumento acústico y el número de sus teclas es el mismo –88, usualmente.
El piano se utiliza para componer música de todos los géneros, pues su tesitura es idónea para crear cualquier melodía
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