Ahora es muy recurrente escuchar «el calentamiento global esto o aquello», parece ser el culpable de todos nuestros males, y es un villano recurrente para el medio ambiente, y es el declarado enemigo público, pero, ¿realmente «el calentamiento global» es el culpable?
Recordemos que el calentamiento global es únicamente la manifestación más evidente del cambio climático. Sin embargo, ambos son consecuencia de la actividad humana a partir de la era industrial.
Ahora solamente estamos experimentando la respuesta del planeta a nuestras emisiones y desechos.
Diagnóstico de la Tierra
Así como las plantas gritan cuando no tienen agua, así también lo hace nuestro planeta.
La diferencia es: las plantas lo hacen a una frecuencia tan alta que no puede ser oída por el ser humano, pero nuestro planeta nos muestra con grandes evidencias el daño, ahí tenemos el deshielo, los cambios en nuestros mares, los eventos catastróficos, la reducción en la producción de la pesca y en la agricultura.
El primer síntoma de nuestra huella tóxica en la Tierra es sin lugar a dudas el deshielo, ese preocupante derretimiento de los glaciares.
Aquí te va un ejemplo:
La capa de Hielo del Ártico se redujo unos 980 mi kilómetros cuadrados, es decir perdió ya el 20% de su superficie.
Se ha calculado que para 2050 ya se habrá perdido un 75% de la capa del Hielo Ártico.
Pero el problema no está solamente en los continentes blancos y fríos, está aquí también. En los volcanes como el Iztaccíhuatl o Pico de Orizaba también hay hielo y se está acabando. En solamente 20 años ya hemos perdido 40% del Iztaccíhuatl, a ese ritmo en 10 años lo perderemos por completo y 35 años también a Pico de Orizaba.
Son cifras alarmantes, pero reales. El problema es que no sólo se derriten los glaciares… ¿A dónde va toda esa agua?, así es, a nuestros mares, pero no solamente es un poco de agua, son litros y litros de agua dulce, esto desequilibra los niveles de salinidad vitales para algunas especies marinas.
También aumenta de la temperatura en el mar, esto altera los patrones de evaporación superficial, la circulación de las corrientes marinas y como consecuencia se afecta la cadena alimenticia, se destruyen ecosistemas y mueren especies marinas. Esto afecta la pesca y por lo tanto la nutrición y salud humana.
Y al agregarse agua, irremediablemente cambia el nivel del mar, hay inundaciones, huracanes, maremotos, lluvias torrenciales y sequías.
Hoy sabemos que nosotros hemos ocasionado el incremento porcentual de las temperaturas terrestre y marina —calentamiento global—, ¿cómo?, con nuestras emisiones, productos y hábitos de consumo.
Recordemos la reflexión del Jefe Toro Sentado: «No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua.»
Nosotros somos el verdadero enemigo de este planeta, ¡pero aún podemos cambiarlo, actuemos!
Con información de SEMARNAT.
