Calaverita por David Jesús Noriega García

Hojeando el libro de arena
un sábado te encontró,
la muerte fría y serena
que en tu oído musitó:
Tanto tiempo te he buscado
Jorge Luis, ya estoy aquí,
por fin me dio resultado
mirando el Aleph te vi.
Te busqué en algarabía,
en sánscrito y esperanto
y hoy al verte es alegría
lo que ayer me fuera llanto.
-No soy yo- le respondiste,
es “el otro” el que tú quieres,
un mal sendero elegiste,
vuelve pronto en dos ayeres.
La calaca sorprendida
puesto que no comprendió
devolvió tu despedida
pero luego te llevó.
Mas con los ojos enormes
llena de miedo escuchó:
-soy el sueño que otro Borges
En su muerte me soñó-.
Cuernavaca, Morelos