Ganadora del segundo lugar de nuestro concurso de calaveritas:
La calaca muy cansada
de tantas almas cargar
al camposanto llegó
con guadaña y con costal.
Tras aventar a los muertos
a las tumbas preparadas
y darles indicaciones
sobre sus nuevas moradas,
se sentó a tomar café
y leer novelas rosadas.
Después de unas cuantas hojas
tomó una gran decisión:
venir a traer a la autora
de tan gran desilusión,
pues su libro era aburrido
y tenía la misma historia
que las novelas de tele
que pasan a toda hora.
Cuando a la tierra llegó,
encontró a tan triste autora
escribiendo sin sentido
historias de amor y sombras.
“He leído tus escritos,
tus novelas son muy rosas
y por la desilusión,
te llevaré sin demora,
espero no tengas miedo,
pues ya te llegó la hora”.
La escritora preguntó
la causa de tanta ira,
la calaca respondió:
“Tus historias no me inspiran
a aprender, ni ser mejor;
ni a mí, ni a nadie motivan.”
“Entiendo cuál es la causa
de que quieras tú llevarme
¿Pero puedo antes de eso
una revista prestarte?
Se titula Algarabía,
la hallarás interesante…”
La parca tomó el librito
y de inmediato lo abrió,
se quedó tan cautivada
y entretenida mil horas
que hasta olvidó su intención
de cargarse a la escritora.
Leyó cuestiones de historia,
sexo, artes y hasta poesía,
también halló los consejos
de lenguas y ortografía.
Un anuncio se encontró
de un café y de sus horarios,
y para entender mejor
anunciaba El Chingonario,
que presta salió a buscar
pa´ leerlo y devorarlo.
Tan fascinada quedó
con dicha publicación
que cargó a Carlos Bautista
y se lo llevó al panteón
para que allá le editara
su periódico: el huesón.
