El arte es un área de conocimiento mitificada, sacralizada y enaltecida por su capacidad de crear experiencias estéticas y brindar, a quienes conviven con ella, la oportunidad de pensar, filosofar, encontrar o buscar el significado de la vida. Nada más lejos de el arte que el sucio, mundano, superfluo, vulgar y pagano dinero. A pesar de esta dicotomía, la historia nos demuestra que ningún opuesto es absolutamente irreconciliable y estos artistas que hicieron publicidad se unieron, en algunos casos de forma excepcional.
Remedios Varo
El surrealismo fue su lenguaje, la pintura y escultura fueron el soporte para su maravilloso mundo, este mundo nos permitió conocer la enfermedad más allá de una lista de síntomas y otra de prescripciones, gracias a su trabajo con Bayer, en 1984, podemos empatizar con malestares como el dolor reumático.
Dalí
Otro surrealista cuya participación en el mundo de la publicidad es sorprendente, el producto de tan común sorprende. En 1969, el dueño de la paleta Chupa Chups pagó una millonaria cifra para que el artista rediseña el logo de su paleta, que ya era un éxito por sí misma pero tenía una imagen que no la representaba totalmente. Hoy es tan popular en España que es el nombre que se usa para referirse a todos los dulces con palito.
Gabriel García Márquez
No sólo los artistas visuales cayeron en el temible mundo de la publicidad, también hay escritores que ofrecieron sus letras a la misión de la persuasión, entre ellos el premio Nobel colombino que logró frases icónicas de la cultura popular como «Yo sin kleenex no puedo vivir» y «a Duvalin no lo cambio por nada, Duvalin».
Guillermo del Toro
Uno de los cineastas mexicanos más reconocidos en el extranjero, inició su vida en el departamento de publicidad, aunque parece improbable, el comercial (1991) de pastillas contra la acidez está bañado de la fantasía con la que Guillermo del Toro cubre todas sus historias. Pero no te decimos más, mejor velo con tus propios ojos.
La próxima vez que algún privilegiado te diga que el valor del arte —o la credibilidad de un artista— es inversamente proporcional al dinero que recibe por su trabajo, piensa en estros cuatro artistas que hicieron publicidad y le dieron la oportunidad de ser más que un discurso plano orientado a la venta.
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De artes y malas artes / colores de antaño
