Arthur Charles Clarke nació el 16 de diciembre de 1917 en Minehead, Somerset. Sus padres eran una pareja granjeros que vivía con escasos recursos por lo que Arthur tuvo problemas para continuar su educación después de la secundaria. Sin embargo, apenas contando con unos cuantos años, demostró su fascinación por la ciencia, así como una mente brillante y comprometida, cuando hizo un mapa de la luna utilizando un burdo telescopio casero.
En 1936 se trasladó a Londres donde trabajó como funcionario y se involucró en la Sociedad Interplanetaria Británica. Es este momento que empieza a redactar sus primeros cuentos de ficción los cuales lo llevarían a recibir premios y honores a nivel nacional e inclusive a recibir de parte de la Reina Isabel el título de «Sir», caballero de la Orden del Imperio Británico.
Con el estallido de la Segunda Guerra mundial se unió a la Royal Air Force, donde se convirtió en el principal supervisor del radar de control durante sus ensayos desde tierra. Al final de la guerra, publicó un artículo con el que diseñó y describió las bases de los satélites artificiales de órbita geoestacionaria, sumamente importantes en la actualidad para el funcionamiento de los medios de comunicación. Su visión se adelantó varios años a su época, saltandose incluso la invención del internet.
Después de la Segunda Guerra Mundial consiguió una beca para estudiar en el King’s College de Londres, y acabó cum laude sus estudios universitarios en física y matemáticas. Un año después, en 1946, publicó por primera vez uno de sus cuentos. El relato fue «Loophole» y se imprimió en una de las revistas más importantes del momento: asf –Analog Sciencie Ficcion and Fact–, medio que tuvo participaciones de renombrados escritores de la talla de Isaac Asimov, Robert A. Heinlein y Poul Anderson. El cuento fue firmado bajo el seudónimos de Charles Willis y E. G. O’Brien.
Entre su trabajo se destacan obras galardonadas como «Luz de otros días», «El martillo de Dios», «Cita con Medusa», Premio Hugo, «Cita con Rama» de 1973, con la cual consiguió los premios Nébula, Hugo, Locus y John W. Campbell Memorial en 1974 a la mejor novela de ciencia-ficción; y «Fuentes de paraíso», con la que le entregaron el premio Hugo de novela en 1980.
Clarke logró cautivar a la crítica con sus obras que mostraban siempre un optimismo frente al potencial del ser humano, trabajó en novelas, ensayos e incluso en el cine.
Quizá uno de los trabajos más conocidos de Clarke fue el guión que hizo en colaboración con Stanley Kubrick para su película 2001: Odisea del espacio. Después del estreno de ésta, el autor realizó su adaptación novelística con base en el guión; un libro al que después agregaría tres secuelas.
Sus participaciones en la televisión lo llevaron a disfrutar de una fama a nivel mundial, ejerció de comentarista de las misiones de las aeronaves Apolo, para la cbs en los años 60 así como la participó en la creación de par de series en los años 80.
En su libro Profiles of the Future (1962) Clarke formuló tres leyes relacionadas con la investigación y los avances científicos, en él incluía un ensayo titulado «Riesgos de la Profecía: el fracaso de la imaginación».
1.ª. Cuando un científico eminente pero anciano afirma que algo es posible, es casi seguro que tiene razón. Cuando afirma que algo es imposible, muy probablemente está equivocado.
2.ª. La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá, hacia lo imposible.
3.ª. Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.
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