Estos autores son muy verdes, y no por falta de experiencia, pues son grandes escritores, sino porque dedicaron muchos de sus poemas a la observación, el estudio y la admiración del mundo natural. Descubre algunos poetas verdes…
Walt Whitman (EE.UU., 1819-1892). Padre del verso libre, poeta, periodista, ensayista y humanista; en su obra más famosa Hojas de hierba —compuesta originalmente por doce poemas, todos ellos sin título—, expresa la conexión del hombre con la naturaleza.
Creo que una hoja de hierba, no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar,
los salones del paraíso,
y que la articulación más pequeña de mi mano,
avergüenza a las máquinas,
y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,
supera todas las estatuas,
y que un ratón es milagro suficiente,
como para hacer dudar,
a seis trillones de infieles.
Henry David Thoreau (EE.UU., 1817–1862). Filósofo, escritor, poeta, agrimensor y naturalista; difusor del pacifismo y la no violencia, autor de Walden (La vida en los bosques) para el cual vivió durante dos años en un bosque en zonas aledañas a Walden Pond.
¡Oh, Naturaleza! No aspiro
a ser lo más alto en tu coro,
a ser un meteoro en el cielo,
o el cometa que pueda deambular en lo alto;
sólo un céfiro que pueda golpear
entre los juncos río abajo;
dame tu lugar más íntimo
dónde corra mi estirpe etérea.
[…]
Porque prefiero ser tu hijo
y discípulo, en el salvaje bosque,
que ser el rey de los hombres en otro lugar,
y el más cuidadoso y soberano de los esclavos
para tener un momento de tu amanecer,
que compartir un año de desesperación en la ciudad.
Carlos Pellicer (México, 1899 -1977). Poeta, profesor de Literatura e Historia y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua. Ganó el Premio Nacional de Literatura y Lingüística en 1964. Autor de poemas como Discurso por las flores y Estrofas al mar marino donde la naturaleza es su inspiración.
Ser flor es ser un poco de colores con brisa;
la vida de una flor cabe en una sonrisa.
Las orquídeas penumbras mueren de una mirada
mal puesta de los hombres que no saben ver nada.
En los nidos de orquídeas la noche pone un huevo
y al otro día nace color de color nuevo.
La orquídea es una flor de origen submarino.
Una vez a unos hongos, allá por Tepoztlán,
los hallé recordando la historia y el destino
de esas flores que anidan tan distantes del mar.