La cerveza no es una bebida simple ni joven. Ha evolucionado a la par de las sociedades que la consumen y sigue ahí, vigente y milenaria, inspirando las plumas de los escritores, proporcionando material para las cantantes, zigzagueando entre las lenguas de los políticos, relajando los músculos de quienes la toman y haciendo ricos a quienes la han entendido. Porque usted y yo, y todos decimos: El delicioso mundo de la cerveza… ¡Cómo no!
Estos son algunos datos interesantes que encontrarás en los tomos i y ii del libro El delicioso mundo de la cerveza:
– Las primeras pruebas que demuestran que el ser humano conocía la cerveza, desde que empezaron las civilizaciones, están en algunos recipientes de barro hallados en Babilonia con restos de esta bebida, que datan aproximadamente del año 5000 a. C.
– La palabra cerveza —según Joan Corominas— proviene del latín cervêsĭa —o cervisia—, voz de origen galo. Algunas fuentes también afirman que esta palabra debe su nombre a Ceres —la diosa latina de la agricultura y del grano—; en combinación con la partícula vis significa ‘fuerza’.
– La civilización del antiguo Egipto fue la primera en comercializar cerveza, y fue tan popular que hasta se podían pagar impuestos con ella.
– En el siglo xiii, en gran parte de Europa, los niños eran bautizados con cerveza.
– En Bolivia, ya que la población consume más cerveza que leche, se aprobó una ley —en 2011— que impone un gravamen de dos centavos de dólar por cada litro de cerveza, para así promover el consumo de leche.
– La comercialización de cerveza aporta más de 180 millones de dólares anuales para México.
– En Alemania existe un helado de cerveza con las mismas propiedades e incluso el mismo grado alcohólico que la cerveza como tal.
– Aunque en la actualidad la champaña es la bebida que se estila en las ceremonias nupciales de etiqueta, en la Antigüedad los novios tomaban cerveza.
– Ingredientes que utiliza la industria cervecera: agua, malta, lúpulo, levadura, maíz, arroz, centeno, hierbas, especias, frutas, azúcar, jarabe de glucosa y químicos.
– Una de las mejores opciones para degustar una buena cerveza es vaciarla en un recipiente de vidrio para poder mirar el contenido. Al beberse directamente de la botella o lata, la cerveza pierde 80% de sus atributos sensoriales.
– Existe una cerveza para ciegos. La iniciativa la desarrolló la compañía alemana Uerige de Düsseldorf. Se trata de una botella de 330 ml con una etiqueta escrita en Braille.
Proceso de elaboración de la cerveza:
Tomado del libro El delicioso mundo de la cerveza v. i y ii, colección Vicios; Editorial Lectorum y Editorial Otras inquisiciones.
