Ponle el adjetivo calificativo que gustes, siempre sabrás de quién se habla. Con la máscara puesta es burlón y parlanchín; sin la máscara es como cualquiera de nosotros. Sepas o no de cómics, seguro has visto alguna vez a este personaje.
Con más de 50 años de existencia, Spider-Man ha protagonizado más de 2 mil historietas, 34 videojuegos, ocho series animadas, siete películas live-action, un musical de Broadway, sin mencionar los memes, parodias y miles de fan videos; todo ello y más abarca este superhéroe tan mediático como ningún otro.
Hace lo mismo que una araña
Después de tiempos oscuros, a mediados de los años 50, nace la llamada Edad de Plata2 v. Algarabía 95, agosto 2012, Ideas / La cronología: «¿dc o Marvel?» de los cómics. El problema fue que los anteriores asiduos ya habían crecido, y que las historietas de entonces no cubrían las expectativas de una nueva generación, impaciente por leer a un buen personaje. Pero en 1962, Jack Kirby, Steve Ditko y Stan Lee —ese viejito con mostacho de lentes oscuros que aparece en todas las películas de Marvel— fueron las mentes maestras y las manos divinas que definieron al epítome de Marvel.
Lee, maravillado con el justiciero pulp The Spider (1933), y Kirby, con la idea rechazada de un chico huérfano —que vivía con una pareja de ancianos— que encontraba un anillo que le otorgaba súper poderes, crearon la base para la nueva historia. Ditko se encargaría de diseñar al personaje, entintándolo de rojo y azul en la portada —que dibujó Kirby—, para que finalmente el 5 de junio saliera a la venta Amazing Fantasy #15, presentando al Hombre Araña.
Al ser el último número de la serie, el editor en ese momento, Martin Goodman, dio luz verde para que a partir de entonces el cómic se convirtiera en un serial: The Amazing Spider Man —TASM.
Al fin nacía un protagonista adolescente que no fuera relegado como sidekick —compinche— de otro héroe adulto —de ahí que se recalcara lo de «Hombre» y no «Chico» araña—. El lector joven se pudo identificar con este nuevo héroe arácnido, por tener una edad y situación de vida similares, y con el que fue creciendo a la par. Pero lo «sorprendente» de Spider-Man apenas comenzaba.
Un gran poder…
Con la fuerza, velocidad y agilidad a escala de una araña —junto con su famoso «sentido arácnido» que le advierte del peligro inminente—, Peter Parker es un joven de 15 años de edad, estudiante tímido, de mente prodigiosa y corazón noble —víctima del bullying— que vive en casa de sus tíos, Ben y May Parker —porque sus padres murieron en un aparatoso accidente.
—Haz la prueba y descubre qué superhéroe eres—
Un día, Peter asiste a una exhibición científica de experimentos con radiactividad, y en uno de ellos, una araña resulta irradiada por accidente y termina por morder al adolescente. Poco después, Peter empieza a notar sus nuevas habilidades y, con su intelecto, diseña sus lanzadores de telaraña artificial —hasta ahora imposibles de recrear en la realidad.
Seducido por la fama y motivado por la rabia que siente al ser marginado por sus compañeros de clase, Peter intenta ganar dinero de forma fácil; al no conseguirlo, deja escapar a un criminal que luego mata a su amado tío. Justo en ese momento, consciente de las consecuencias de sus actos, Peter decide emplear sus nuevos súper poderes para el bien común con una frase que, en posteriores reinvenciones del cómic, sería adjudicada al tío Ben: «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad».
El verdadero poder
El poder que posee Spider-Man va más allá de su fuerza y velocidad sobrehumanas cuando atrapa a criminales comunes o cuando vence a algún supervillano. El verdadero poder del arácnido viene de su ingenio y voluntad para proteger a las personas, en especial a quienes quiere.
Por Ejemplo, en la historia If This May Be My Destiny…! (1966) —de Lee y Ditko— se demuestra cómo el amor por su tía May hizo que Spidey, para salvarla pudiera levantar una montaña de maquinaria pesada sobre de él y, por supuesto, «salvar el día»; o en Nothing Can Stop the Juggernaut! (1982) —Lee y John Romita Jr.— que sólo con su astucia pudiera vencer al mutante Juggernaut —de fuerza comparable a la de Hulk— inutilizándolo con cemento de secado rápido.
Curiosamente, también tiene el «superpoder» de no dejar de hablar, de burlarse, de ser sarcástico e irónico aunque le estén «partiendo la madre Teresa» —en una ocasión se botó en el piso de la risa tras conocer el nombre del villano en turno, frente a sus narices.