Recorrer nuestro país implica descubrir su historia a través de sus calles, rincones y paisajes. En México hay muchos destinos por delante, sólo hace falta un paso para conocerlos.
Viajar es un placer; es la posibilidad de salir de la rutina y la cotidianidad para sorprenderte con distintas formas de vida, paisajes, costumbres, tradiciones y personas que no conocerías si no hubieras salido de tu casa.
«Viajar es imprescindible y la sed de viaje, un síntoma neto de inteligencia.»
Enrique Jardiel Poncela
México cuenta con 111 pueblos mágicos, más de 450 playas y una considerable cantidad de destinos turísticos. La enorme oferta abre la posibilidad de visitarlos sin tener que viajar largos trayectos; a pocas horas de tu casa encontrarás un lugar por conocer.
Herencia milenaria, curiosidad natural
Descubrir, recorrer y explorar lugares distintos es uno de los placeres más recientes de la humanidad; en la Antigüedad la gente no acostumbraba viajar.
El pensador griego Heródoto fue de los primeros en documentar sus travesías en pueblos del Mundo Antiguo.
La palabra emana de viatge, que a su vez procede del vocablo latino via, que se traduce como «camino». Dentro de nuestra definición, viajar es ese camino que la curiosidad motiva a seguir; la misma que motivó a milenarios ancestros a buscar un lugar apto para sobrevivir; o la misma curiosidad que llevó a Humboldt a explorar otros «mundos»; o la misma que llevó a Darwin a emprender su investigación a bordo del Beagle –soñando con emular los pasos de aquél insigne geógrafo.
Tal como lo define José Luis Corral en Los viajes del Cid, el viaje es «dejar la tierra propia, cruzar espacios desconocidos, valles, ríos, montañas… y encontrar el lugar tantas veces imaginado, a veces un paraíso… o un sueño». Viajar es un camino sin fin –como decía Séneca–, y su motivo surge del interior, de un sentimiento de libertad.
[…] Piénsalo
El máximo beneficio de recorrer otros lugares es el conocimiento, el cual emana de la experiencia, la vivencia que la curiosidad motiva.
Ahora sabrás que los transportes son mucho más veloces y efectivos –en unas cuantas horas puedes recorrer grandes distancias.
Para ser un turista modelo hay que saber viajar, y esto sólo la experiencia lo permite.
Viajar en autobús, auto o tren te regalará bellos paisajes, horizontes, puestas de sol y cielos nocturnos que jamás verías en tu colonia. Conocerás personas nuevas que te contarán sobre su forma de vida y te sorprenderás de qué tan diferente se puede vivir dentro del mismo país.
Descubrirás lugares que jamás pensaste que existían en México, como el paisaje montañoso de la Sierra Tarahumara, en Chihuahua, que se puede recorrer en el tren de El Chepe desde las barrancas del cobre hasta Los Mochis.
Conocerás abismos naturales como el del sótano de las golondrinas, en San Luis Potosí, con 60 metros de diámetro y 512 de profundidad, en el poblado de Aquismón.
Verás paisajes que nunca imaginaste posibles, como la playa color rosa en Las coloradas en Yucatán que, debido a su alto contenido de sal, presenta este color tan peculiar.
Te sorprenderás al ver el Santuario de luciérnagas en los bosques de Nanacamilpa, en Tlaxcala, o la Cascacada de Basaseachi, en Chihuahua, la más alta del país, con 246 metros de caída libre.
La experiencia de viajar es inigualable, el aprendizaje que obtienes de nuevos lugares, personas, comidas, bebidas, tradiciones, costumbres, leyendas e historias, no se puede conseguir de ninguna otra manera.
Y al regresar a tu casa, después de haber tenido experiencias nuevas, verás tu vida de forma distinta. Valorarás más a tu familia y amigos, eso sí, sin dejar de querer seguir conociendo, aprendiendo y viajando. Conocer tu país a través de lo mucho que tiene que ofrecer es una de las mejores formas de hacerlo, sólo debes darte la oportunidad.
Viajemos todos por México. Conozcamos y disfrutemos de la diversidad natural, riqueza cultural e histórica de nuestro país, fortaleciendo su identidad y renovando nuestra pertenencia a una gran abanico multicultural.
Viajemos tú y yo, no lo pienses.