Y no es erróneo pues, efectivamente, ese es su significado. Pero actualmente la comunidad científica celebra su estudio, y no, no se trata de comernos a nosotros mismos.
La autofagia es un proceso en el cual los lisosomas se alimentan de proteínas, carbohidratos, lípidos y de componentes «extras» de otras células, encargándose del sistema digestivo de la unidad celular.
La función de la autofagia es proveer de energía al resto de las células, además de reutilizar los desechos que las mismas producen y convertirlos en aminoácidos, materia prima para las nuevas proteínas. Los lisosomas son, por lo tanto, la unidad de reciclaje de la unidad celular.
¿Quién lo descubrió?
A mediados de los cincuenta, el científico belga Christian de Duve descubrió los lisosomas y sus funciones dentro del sistema celular y las denominó «autofagia». Sus aportaciones a la comunidad científica lo hicieron acreedor al Premio Nobel de Medicina en 1974.
Desde la década de los sesentas se enseña en las primarias y en las clases básicas de biología que los lisosomas son las encargadas de los desechos celulares. Así lo aprendí al menos yo. Sin embargo, Yoshinori Ohsumi demostró que no sólo manejan desperdicios sino que los convierten en material útil. Cuarenta y dos años después el biólogo japonés se hizo acreedor del mismo premio por sus investigaciones en la profundización del tema.
Actualmente la autofagia es una de las áreas con mayor investigación.
¿Cómo funciona?
Ohsumi estudió la levadura del pan, específicamente los mecanismos celulares de los hongos y encontró que eran similares a los humanos. Sus descubrimientos demuestran que los lisosomas no sólo desechan elementos sino que los reutilizan.
En un estado de estrés o de infección los lisosomas son capaces de obtener materiales de manera rápida o suprimir bacterias o virus invasores. Además, la autofagia disminuye las consecuencias negativas del envejecimiento pues se encarga de eliminar partes de la unidad celular que ya no funcionan.
¿Cuál es su importancia?
Los descubrimientos de Ohsumi han permitido que la comunidad científica comprenda de mejor manera el funcionamiento del sistema celular y específicamente de los lisosomas.
Los estudios en esta área demuestran que la mutación en los genes de la autofagia está relacionada con el cáncer y el párkinson. También tiene implicaciones en cómo las células reaccionan a infecciones o a estados de inanición. En un futuro las investigaciones en este rubro podrían ayudar a prevenir o curar estos padecimientos.