Si no sabes de cine pero cada vez que es temporada de Premios Oscar te jactas de ser conocedor, pues el nombre de Akira Kurosawa forzosamente lo tienes que incluir. Así de sencillo, sin la filmografía de éste cabrón y los westerns, Star Wars no existiría. Punto.
Hajimemashite
Precisamente un día como hoy —23 de marzo— pero de 1910, nacía Kurosawa Akira, quien se convertiría en uno de los mejores directores de cine japoneses de toda la Historia. Y como todo gran personaje histórico, la vida de Akira estuvo repleta de sucesos trágicos y sorprendentes: primero, la familia Kurosawa provenía de un linaje de samuráis, ¡samuráis, cabrón!, siendo su padre jefe militar y su madre trayendo a Akira al mundo a los 40 años, ¡40, cabrón!
A lo anterior le sumamos presenciar el gran terremoto de Kantō en 1923, en donde él y su hermano mayor, Heigo, vieron destrucción y cadáveres de humanos y animales por todos lados. Luego, una de sus hermanas se murió de la nada y cuando ya tenía 20 años el Akira, se suicida su hermano Heigo, y cuatro meses después, también el primogénito de la familia. Pero, ¿cuándo fue que empezó la carrera cinematográfica de Akira? Poco antes y durante la II Guerra Mundial, chinga-tésta.
No hay pedo
Después de haber sido contratado como ayudante del director Kajiro Yamamoto en 1936, Akira poco a poco demostró su brillantez, primero como pintor y artista, hasta finalmente dirigir su primer filme: Sugata Sanshirō —La leyenda del gran judo— (1943). Y como en esos tiempos, el gobierno japonés tenía una propaganda nacionalista de proporciones kaiju, Kurosawa tuvo que meter mensajes y demás por obligación:
«Intenté resisitir. Pero si quería continuar trabajando en Japón en esta época, no podía rechazarlo».
Akira Kurosawa sobre la propaganda nacionalista
Después de 8 películas más, con el estreno de Rashōmon (1950) fue que se hizo presente Kurosawa en el cine internacional. Esta película ha sido tan aclamada por el particular sello cinematográfico de Kurosawa: narrativa fragmentada y basada en el uso del flashback, que, dicho sea de paso, creó el «efecto Rashōmon» utilizado en otras películas como El club de la pelea (1999).
¡De nada!
Gracias a Kurosawa, se le abrieron las puertas a más directores japoneses así como le cayeron grandes reconocimientos a Akira. Así que si vas a estar de mamalón, mínimo ve Akahige —Barbarroja— (1965), Dodesukaden (1970), Dersu Uzala (1975), Kagemusha —Kagemusha: la sombra del guerrero— (1980), Ran (1985), pero aún más importante Shichinin no samurai —Los siete samurai— (1954), la obra maestra del chingón Kurosawa.