La invención del globo aerostático implicó grandes avances científicos desde el inicio —cuando en 1709, un sacerdote brasileño logró elevar por primera vez un globo lleno de aire caliente— y el proceso de perfeccionamiento ha rendido frutos valiosos en química neumática y aeronáutica.1
Los primeros hallazgos científicos que surgieron a partir del vuelo en globo se centraron en los efectos que las diferentes presiones atmosféricas tienen sobre el cuerpo humano debido a que al inicio los aeronautas debían concentrar sus esfuerzos en mantener la llama viva y no hacían ninguna medición o registro fuera de su experiencia anecdótica.
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La meteorología voló gracias al globo aerostático
Más adelante, con el uso de un termómetro y un barómetro, los aeronautas podían medir la presión atmosférica y la temperatura ambiental, dos datos imprescindibles para poder controlar la cantidad y temperatura del gas dentro del saco del globo.
El objetivo de estas mediciones fue evitar la rasgadura del saco, pero gracias a la recolección de estos datos comenzaron a crecer ciencias experimentales como la meteorología —el estudio del clima— que contó con mediciones sistemáticas hechas por múltiples aeronautas franceses y españoles.
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Antes de ellas, la mayoría de las mediciones que se habían logrado apenas distaban algunos metros del nivel del suelo —existe el registro de muestras que se tomaron en los campanarios de las iglesias o en lomas poco elevadas—, las muestras que fueron tomadas a mayor altura se hicieron por científicos montañistas, pero no era una actividad muy popular.
Los vuelos en globo aerostático no siempre estuvieron enfocados en la recolección de muestras de aire o de datos científicos, también tuvieron como objetivo principal el entretenimiento, el espectáculo y la aventura, pero todos los aeronautas tenían la costumbre de llevar —al menos— un barómetro y un termómetro para contar con la información necesaria para lograr el vuelo.
Además del enorme impulso que brindó a la meteorología, los viajes en globo fueron fundamentales para la investigación de la atmósfera terrestre, el conocimiento de la química del aire y el comportamiento de los organismos a diferentes alturas.
1 Molina, Juan Alberto. El uso de los instrumentos científicos en los primeros vuelos aerostáticos tripulados, UNED.
