Pilar Montes de Oca Sicilia
La Palma, cuyo nombre histórico es San Miguel de La Palma, está en el Atlántico y es una de las siete islas de Las Canarias, junto con El Hierro, la Gomera, Tenerife, Fuerteventura, Gran Canaria y Lanzarote. Es una mini isla que puedes recorrer en dos horas, Tiene una superficie de 709,32 km2, es la segunda isla de Canarias en altitud, con los 2426 metros del Roque de los Muchachos.
La capital es Santa Cruz de La Palma, pero tooooda mi familia viene de un pueblo llamado San Antonio Breña Baja, es mi familia materna: Sicilia.
Mi abuelo Antonio Sicilia y Sicilia tenía tres hermanos: Manolo, Lola y Juan. Los tres hombres se vinieron a “hacer la América” con su tío Juan Sicilia que vivía en Ciudad de México y que también se había casado con una canaria: Consuelo Pérez, hija de “Nieves canaria” como le decían porque no había nacido en la isla de La Palma como todos los demás sino en la Gran Canaria.
Manolo llegó primero, luego Antonio y luego Juan, y resulta que los dos últimos se enamoraron perdidamente de sus primas hermanas: Nieves y Graciela y se casaron aún siendo primos hermanos. Manolo, por su parte, regresó a La Palma y se casó con la tía Pura, a la que quisimos mucho porque después se vino a vivir a México. Los únicos que tuvieron hijos fueron mis abuelos, entre ellos mi mamá, que dice que tuvo tres mamás y tres papás.
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Mi Mamá es María del Pilar Sicilia y Sicilia, es guapísima y es consejera de esta revista, es canaria pero mexicana de corazón y cocina tanto comida de allá —papitaa arrugadaa, carne canaria, mojito, natillas, magras— como de acá. Lo mismo que mi primo Vicente hijo de mi tío Vicente hermano de ella.
Nos sentimos canarios porque hemos vivido siempre oyendo de la isla y porque nuestro primos del alma, hijos de los hijos de Lola, la única de los hermanos de mi abuelo que se quedó allá, viven ahí en Breña Baja y siempre que vamos, nos reciben con los brazos abiertos.
Recuerdo a tío Juan y tío Manolo —a mi abuelo no lo conocí, murió cuando mi mamá tenía 16 años— les encantaba todo lo mexicano, pero amaban su isla, la extrañaban todos los días.
Decían que no se acostumbraban a despertarse y a no ver el mar, que los hacía sentirse encerrados. Extrañaban la tierra, el olor de la isla, el cielo nítido, limpio e impoluto —que le hace tener uno de los telescopios más importantes del planeta—, la comida, el mar, la gente buena del lugar y muchas cosas más.
Hoy la isla está viviendo un momento terrible por la erupción de varios cráteres y estamos preocupados, porque en algarabía la queremos como nuestra.
En las próximas entregas, les voy a contar mil y un historias de la Isla, de Canarias y de mis abuelos, para que la conozcan más.
Desde 2002, toda la isla es Reserva de la Biosfera y, tras Lanzarote y El Hierro, es la tercera isla canaria a la que la UNESCO reconoce con esta protección. En el centro de la isla se ubica el parque nacional Caldera de Taburiente, donde se encuentra el mayor cráter volcánico emergido del mundo.
