¿Quiénes eran esas mujeres sensuales, coquetas, sonrientes, semidesnudas o disfrazadas, que aparecen fotografiadas en las postales de los años 20? He aquí algunos datos al respecto y una galería que expone gráficamente la femineidad y sensualidad en el México de aquel entonces.
Frases tan populares como «camina como diva» o «tiene aires de diva» se usan hasta nuestros días cuando hablamos de una mujer con aires de grandeza.
Pero la palabra diva designa a una cantante célebre. En italiano, el término describe a una mujer con un talento excepcional en el arte lírico de la ópera, y por extensión, en el teatro musical o en la música popular. Este significado, cuyo sentido básico es «diosa» o «fina dama», proviene del latín divus, que significa ‘divino’, y se relaciona estrechamente con el de prima donna, dado que una diva era capaz de interpretar ópera, opereta francesa, la zarzuela de género chico y la zarzuela grande española, su hermana mayor.
Divas importadas
Las divas españolas gozaron de gran fama en toda Europa y en la América de habla hispana, y fue desde España, precisamente, de donde llegaron a México las primeras y juveniles artistas, eran visionarias, poseedoras de magníficos encantos y de sabiduría para utilizarlos; que vieron en nuestro país la posibilidad de crecer y consolidar su fama —y no se equivocaron—. Por su parte, el porfiriato hizo posible el arribo de empresas teatrales de talla mundial; y las refinadas clases altas, aficionadas del lujo escénico, ávidas del espectáculo europeo que podía admirarse en los majestuosos teatros de la ciudad, no se resistieron para adoptar a estas artistas como suyas.
Divas nacionales
No pasó mucho tiempo para que las primeras divas mexicanas sobresalieran, como lo hicieron la divetta Esperanza Iris, la bailarina y actriz cómica Delia Magaña; el trío de creadoras de tipos nacionales Concha Bustamante, Lupe Rivas Cacho y Amelia Wilhelmy —«la Guayaba» en Nosotros los pobres—; las bailarinas, coreógrafas y empresarias hermanas Eva, Celia y Alicia Pérez-Caro, las vedettes Mimí Derba —también primera directora de cine en México—, Eugenia «la Negra» Galindo, Celia Montalván y Celia Padilla; y en transición del teatro al cine, Lupe Vélez, entre muchas otras.
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