Son obras literarias que causaron conmoción en sus tiempos —y muchas lo siguen haciendo— por sus elevadas dosis de contenido sexual, combinado con parafilias y relaciones prohibidas en descripciones explícitas y detalladas.
¿Cómo no iban a resultar atractivas para adaptarlas al cine? Hay muchas más, pero aquí presentamos éstas, especialmente escandalosas, tanto para ser leídas, como para ser vistas en pantalla.
El Satiricón, de Petronio (ca. 60): aunque la obra está inconclusa —sólo fueron encontradas algunas partes de ella— es considerada el antecedente de la novela picaresca; relata las aventuras de una pareja de homosexuales. Federico Fellini la reinventó en su Fellini – Satyricon (1969).
Fanny Hill: Memorias de una cortesana, de John Cleland (1748): una novela altamente censurada. Es considerada la primera novela pornográfica inglesa; cuenta los avatares de una prostituta. Russ Meyer la llevó al cine en su versión más famosa del mismo nombre en 1964.
Los 120 días de Sodoma, del Marqués de Sade (1785): el perverso Sade compuso esta obra mientras permanecía encarcelado en la cárcel de la Bastilla. Pasolini hizo su propia versión llamada Saló o los 120 días de Sodoma (1975). Es tan escandalosa que se rumora fue una de las causas de su asesinato.
Historia de O: la prisión del amor, de Pauline Réage (1954): una novela que escandalizó por tratar de forma directa el sadomasoquismo y la sumisión como una forma de libertad. Nuevamente, Just Jaeckin hizo su versión en cine de nombre homónimo en 1975.
Emmanuelle, de Emmanuelle Arsan (1959): cuando fue publicada, la historia licenciosa de Emmanuelle dio mucho de qué hablar a los lectores. Emmanuelle se llevó al cine por primera vez gracias a Just Jaeckin (1974) e hizo famosa a la actriz Sylvia Kristel.
Para conocer el resto de la lista, lee Algarabía tópicos 4: Sexo, censura & cine.