Víctor Jara
Ahí donde llega todo
y donde todo comienza
canto que ha sido valiente
siempre será canción nueva.
Víctor Lidio Jara Martínez nació en 1932, en la Región del Biobío, Chile, dentro de una familia de campesinos. A una corta edad se mudó a la ciudad de Santiago y a los 25 años ingresó a la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, época en la que conocería a Violeta Parra y se convertiría en aprendiz de la cantautora.
Conocido en el ámbito artístico como Víctor Jara, este personaje fue músico folklórico, cantautor y director de teatro, además de un ícono de la canción de protesta en Chile y en todo el mundo. Víctor llegó a la escena en un momento en el que su país vivía una gran apertura artística y cultural.
Además, colaboró con la folclorista Violeta Parra y con sus hijos Ángel e Isabel Parra. Víctor Jara recibió dos premios Laurel de Oro: en 1965 por la dirección de las obras de teatro La Remolienda y La Maña, y en 1971 como el Mejor Compositor del Año.
Víctor Jara – Te recuerdo Amanda
El Cigarrito
Víctor fue militante del Partido Comunista de Chile y apoyó la campaña electoral de Salvador Allende, razones que lo llevarían a ser perseguido y finalmente asesinado.
Un día después de iniciar el golpe de Estado de Augusto Pinochet, el 12 de septiembre de 1973, Víctor se encontraba en la sede de la Universidad Técnica del Estado (ahora USACH), donde fue apresado junto a estudiantes y académicos y trasladado al Estadio Chile —el cual sería renombrado Estado Víctor Jara, en honor al artista.
Jara fue atacado por parte de las fuerzas represivas, ya que sabían de sus preferencias ideológicas y conocían sus canciones de protesta.
El músico no salió vivo de ahí: el día 16 se dio la orden de su asesinato, luego su cuerpo fue abandonado en vía pública hasta ser reconocido y enterrado clandestinamente por su esposa en el Cementerio General de Santiago.
Su mujer y sus dos hijas tuvieron que exiliarse a Inglaterra, al igual que muchas familias chilenas para evitar la persecución.
Víctor Jara – El derecho de vivir en Paz
En sus últimas horas, el cantautor consiguió un pedazo de papel y escribió sus últimos versos, los cuales fueron rescatados por las personas que fueron apresadas con él:
«Canto que mal que sales
Cuando tengo que cantar espanto
Espanto como el que vivo
Espanto como el que muero.»
La música de Víctor Jara es un recordatorio para la gente que vivió la dictadura, y un legado para las nuevas generaciones, además de que sus canciones han sido retomadas por músicos actuales.