La tartamudez o disfemia —del griego δυσ, dys, ‘dificultad o anomalía’, y φημία, phemía, ‘yo hablo’— se trata de un trastorno caracterizado por interrupciones involuntarias en la fluidez del habla de las personas.
A pesar de que la neurofisiología y la genética contribuyen a que una persona desarrolle tartamudez, el efecto que tiene en su vida depende en gran medida de su entorno, porque la timidez, la ansiedad, el miedo y el estrés tienden a agravarla. Aunque menos de 1% de la población mundial tartamudea, dentro de ese pequeño porcentaje han existido varios casos célebres que a continuación le presentamos:
Demóstenes (384-322 a.C.)
Considerado uno de los mejores oradores de la Grecia Antigua, Demóstenes es tan célebre por sus logros en retórica y política como por la dedicación que empleó para alcanzarlos. A diferencia de su tocayo, amigo de Don Gato —y contrario a la creencia popular—, el ateniense sufría de un problema de lenguaje, pero no es claro que se tratara de disfemia. Según el historiador Plutarco, tenía una debilidad en la voz y una falta de aire que oscurecía el sentido de sus palabras. Para superar estas deficiencias, Demóstenes se adhirió a un estricto régimen de entrenamiento que incluía, según algunas versiones, recitar sobre el ruido de las olas a orillas del mar y hablar con piedras en la boca o mientras corría.
Jorge VI de Inglaterra (1895 -1952)
Jorge vi llegó inesperadamente al trono después de que su hermano mayor abdicara de la Corona británica; sin embargo, para él, que había sufrido problemas de lenguaje además de una gran timidez, pronunciar discursos públicos suponía un gran reto. Fue el terapeuta australiano Lionel Logue quien ayudó al monarca a superar su tartamudez con ejercicios vocales y de respiración, declarando la guerra a Alemania en 1939 con uno de los discursos más célebres de la historia. Jorge vi se ganó la admiración del Reino Unido, e inspiró la película The King’s Speech (2010) —El discurso del rey.
Alan Turing (1912-1954)
Al no existir grabaciones del fundador de la ciencia de la computación, es difícil precisar la gravedad de su dificultad en el habla. De lo que sí existen registros precisos, es de los ataques que recibió por su homosexualidad. En 2009, el Primer Ministro británico ofreció una disculpa póstuma en nombre del gobierno, por la manera en que Turing fue tratado.1
Marilyn Monroe (1926-1962)
Durante una entrevista en 1960, Marilyn Monroe recordó la primera vez que tartamudeó de niña, cuando vivía en un orfanato. Después, alrededor de los 13 años, su tartamudez regresó, y desde entonces le causó problemas cuando estaba nerviosa o estresada. Una vez, mientras grababa una película, no pudo evitar tartamudear, y el asistente de director le gritó, casi indignado: «¡Tú no tartamudeas!», a lo que Marilyn respondió: «¡Eso es lo que tú crees!». Pero en general, la tartamudez de la actriz no fue nunca evidente en el escenario o en la pantalla.
La tartamudez en la ficción
A continuación presentamos una lista con algunos de los tartamudos más célebres en la literatura, la televisión y el cine.
Ken Pile
—Interpretado por Michael Palin— en Los enredos de Wanda
En esta comedia clásica, un grupo de gángsters planea un gran asalto. Uno de ellos, Ken, sufre un evidente tartamudeo. En una escena, Wanda —Jamie Lee Curtis— besa a Ken para obtener información de él, lo que le cura momentáneamente su mal. Este entrañable personaje sufría de nerviosismo extremo y baja autoestima debido a su tartamudez.
A Fish Called Wanda (1988), Dir. Charles Crichton
Billy Bibbit
—Interpretado por Brad Dourif— en Atrapado sin salida
Lo mismo en la novela que en la película, Billy Bibbit sufre de una tartamudez muy pronunciada que lo lleva a sufrir de baja autoestima. Su ánimo está tan afectado, que incluso tiene un intento de suicidio. Esta interpretación le valió un Oscar como mejor actor de reparto a Dourif entre otros reconocimientos.
Jorge VI
—Interpretado por Colin Firth— en El discurso del rey
En este filme se cuenta la historia verdadera del rey de Inglaterra Jorge vi y cómo logró superar su tartamudez gracias a la ayuda de un terapeuta de lenguaje poco ortodoxo, interpretado por Geoffrey Rush. Al final, el rey consigue dar, completamente curado, el ahora célebre discurso con el que el Reino Unido le declaró la guerra a Alemania en 1939.
The King’s Speech (2010). Dir. Tom Hooper
William «el Tartamudo Bill» Denbrough
—Interpretado por Richard Thomas y Jonathan Brandis— en Eso
Este niño desarrolla tartamudez después de la muerte de su hermano, y se empeora cada vez que está asustado o nervioso… lo que sucede a menudo gracias al temible payaso. Lo mismo le sucede al personaje en la novela de Stephen King en la que se basa esta miniserie.
It (1990). Dir. Tommy Lee Wallace
Jimmy
En South Park
La tartamudez de Jimmy no le impide presentarse en público, dar elocuentes discursos ni ser un destacado comediante de stand up.
Porky
En Looney Tunes
Uno de los tartamudos más célebres, que despedía el programa con su frase: ¡Eso es to, eso es to, eso es todo amigos
Y para finalizar, tenemos esta canción que el fallecido músico John Paul Larkin, mejor conocido como Scatman John, escribió para los niños que sufren tartamudez. Él mismo fue tartamudo y recibió un premio por sus contribuciones a la comunidad de tartamudos. Se titula «Scatman (Ski Ba Bop Ba Dop Bop)».
Conoce a otros tartamudos célebres de la vida real en Algarabía 97
1 v. Algarabía 89 y 90, febrero-marzo 2012, semblanzas: «Réquiem por un genio» —primera y segunda parte—; pp. 39-45 y pp. 38-43.